Feliz Año

Otro año se va... 2011 ha sido un año bue... ha sido un año decen... ha sido un año en el que ha pasado de todo, vamos, así que es difícil ponerle una etiqueta. Ha habido crisis, sí, pero a todos nos habrán pasado cosas buenas al margen de eso, ¿no? Aunque para gustos los colores, este año cierra. Si echamos un vistazo rápido, podemos distinguir:

En la parte negativa (así en plan Un, dos, tres... ¡responda otra vez!), tenemos... la economía. El euro va cayendo en picado y sin amortiguadores, las expectativas son bajas... y lo más reciente el caso de Urdangarín, que no he comentado por falta de ganas y tal... pero esta situación, aunque larga, no creo que sea algo permanente... personal (e inocentemente) creo que alguien logrará que el barco reflote.

Y en la parte positiva, tenemos el movimiento 15-M. El gran boom, el levantamiento del pueblo, por fin, algo que era necesario, y finalmente se ha cumplido, cosa que parecía muy muy improbable. El pueblo se levanta, y se hace oir. Bravo.

La gente no debería tener miedo de sus Gobiernos.
Los Gobiernos deberían tener miedo de su gente.

Pero el año se cierra, y no debemos mirar hacia atrás... Hay que mirar de frente, nos aguarda el 2012, y hay que llevarlo como buenamente podamos. Esperemos que el año que nos aguarda, si no mejor, por lo menos que no empeoremos. Con mis mejores deseos, Feliz Año Nuevo.

Y para cerrar el año... monólogo. Sí, como apasionado que soy, hay que dejar uno antes de cerrar el añito. Y esta vez, tanto en texto como en video. Disfrutadlos.

Florentino Fernandez: La nochevieja



¡Dentro de nada... Nochevieja, ¿eh? ¡Qué estrés! Yo en nochevieja me siento... me siento... no sé, me siento como un toro, ¿no? Cuando llega la fiesta miro alrededor y me da la sensación de que todo el mundo se lo está pasando bien, menos yo.

El estrés comienza con la cena. Aquello parece una prueba del Gran Prix: Tienes que llevar calzoncillos rojos, tener algo de oro para meterlo en la copa,preparar las doce uvas... Y contarlas varias veces, porque, como son todas iguales, te equivocas:

- Una, dos, tres, cuatro... una, dos, tres, cuatro, cinco, seis... Esta pocha ya la he contado... Una, dos... siete, ocho... ¡Joder, las doce menos veinte! ¡Chavalín, trae el Rotring, que las voy a numerar, como en el Bingo!

Y tu madre:

- ¿Queréis venir, que se enfrían las gambas?

Que esa es otra: te tienes que comer todo lo que está en la mesa... ¡y antes de las doce! Que, con las prisas, más que pelar gambas, parece que estás desactivando una bomba.

- ¡Coño, las doce menos diez! ¡Mamá, no me da tiempo: hazme un sándwich con el cochinillo, que ya está terminando Cruz y Raya!

Y no eres el único que está agobiado, ¿eh? No hay más que ver la tele. Allí están Ana Obregón y Ramón García, explicando a toda España como funciona un reloj. Acojonados por si se equivocan:

- Cuando la aguja pequeña esté en las doce y la grande también.. serán las doce.

¡Coño, como todas las noches!

- Y entonces bajará la bola y... luego vienen los cuartos, ¡no vayan a empezar a comerse las uvas, ¿eh?
Vamos a ver: ¿por qué nos explican mil veces que nos comamos las uvas en los cuartos y nadie nos explica por qué coño tiene que bajar una bola? ¿Qué clase de reloj es ése?

Cuando por fin llegan las doce, en toda España se oye lo mismo: Cla, cla, cla, cla... (es la bola) cla, cla, cla... Din-don...

- ¡Ah no, que son los cuartos!

Din-don...

- ¡Escupid que son los cuartos!

Din-don...

- Pfbbbbbbbb... ¿qué son qué?

Din-don...

- Los cuartos...

Ton...

- ¡Ahora, ahora!

Ton..

- ¡Una!
- ¡Que no, que vamos por la segunda!

Ton...

- Pues me meto dos...

Ton...

- Seis...
- ¿Cómo que seis?

Ton...

- A mí ya no me caben más, ¿eh?

Ton..

-¡Eh!, ¡deja mis uvas, cabrón!

Ton...

- ¡Es que se me ha caído una al suelo!

Ton...

- Bgrfds...

Ton...

- Bggggdffffff...

Ton...

- A mí ya no me quedan...

Ton...

- Bgggggdffffff....
- ¡Pues a mí me sobran cuatro!

Ton...

- Bfgggggggg, grounfffffff...

Y cuando acaban, toda la familia con la boca llena de babas, a darse besos:

- Feliz año, eeeeeeeeeh, felicidades, grfdddfd...

Y suena el teléfono: ¡riiiiiiiiiing!

- ¡Pero coño! ¿Ya están llamando? ¿No se pueden esperar?
- Pues a mí todavía me sobran dos...
- ¡Champán, que alguien abra el Champán!

Pero, bueno, ¿a vosotros os parece lógico empezar el año así? ¡Qué estrés, de verdad!

Pero como es Nochevieja... tienes la obligación de divertirte. Así que después te vas a un fiestorro a un sitio en el que, si caben mil personas, el dueño ha decidido meter a cinco mil doscientas. ¡Muy bien! ¡Cuatro mil doscientas más de las que caben! ¡Quédate en la calle si te apetece, con la pelona que está cayendo!

Así que entras. Lo bueno que tiene ir a un sitio así es que te puede pasar cualquier cosa. A mí el año pasado me ocurrió de todo. Yo estaba tan tranquilo,tomándome mi cubatita de garrafón, cuando de repente un tío me cogió por detrás y me dijo:

- ¡¡¡¡COOOOOOOOONGAAAAA!!!!!

Y, claro, que vas a hacer, pues te pones a bailar... ¡Eso te lo hace un tío en el autobús y le partes la cara! ¡Pero como es Nochevieja... ! ¡Pues hala! Y de repente te das la vuelta y llevas cien personas enganchadas a tu culo. ¡A ver como escapas de ésta! Porque una conga es como una secta: entrar es muy fácil pero salir es muy jodido. Porque en el garito hay como doce congas girando a toda pastilla...

Bueno, pues iba yo conduciendo mi conga... por mi derecha, cuando, de pronto, me veo venir en dirección contraria una conga suicida acojonante conducida por un gordo con casco de vikingo. Yo le iba a hacer ráfagas, pero como las congas no llevan ni luces ni nada... pues, para evitar la colisión, di un giro brusco a la derecha... ¡Y me tragué entera una columna de espejitos! ¡Siniestro total!

Doce heridos leves y una columna de espejitos destrozada. Y yo, con una ceja abierta tirado en el suelo pensaba: cagao!

Y en ésas, me desmayé.

Al despertar estaba en la sala de urgencias, rodeado por todos los de mi conga. Algunos todavía no se habían esenganchado; habían venido corriendo detrás de la ambulancia.

Bueno, las urgencias en Nochevieja, hay que vivirlas. Si en la sala caben cincuenta personas, el dueño ha metido a ciento cincuenta... Como el de la discoteca. Y como allí también es Nochevieja, el camillero lleva un gorrito de moro, la enfermera un collar de hawaiana y el que te cose la ceja unos dientes de Drácula, ¡que te da una confianza... ! El tío te dice:

- ¿Qué ha sido? ¿Con una moto?
- No, con una conga.
- ¡Ay!, si es que van como locos con las congas...

Cuando salí de allí me quería ir a mi casa, pero como era Nochevieja, acabé a las ocho de la mañana con la ceja grapada en un bareto...

- Oiga, póngame un chocolate con churros.
- Pues sólo nos queda Nesquick y algunos dónuses... Es que los últimos churros se los han tomado los de una conga, ¡traían un cachondeo...! Había un gordo que llevaba un casco de vikingo... ¡No le digo más! Y es lo que yo le digo a los clientes: si no disfrutas en Nochevieja, ¿Cuándo vas a disfrutar?

FELIZ AÑO 2012

Cultura libre o no, esa es la cuestión

Es ya casi un debate existencial ese de si la cultura debe ser libre o no. El pasado viernes, la Ley Sinde fue apoyada por el presidente en funciones, José Luiz Rodriguez Zapatero... hasta que José Blanco le indicó que aprobar la Ley supondría el fin del Partido Socialista, y la retiró.


Qué alegría y qué alboroto... pero no podemos pensar que con esto se acaba, aún hay que estar pendientes de la Ley SOPA.


Pero no voy a ir hablando de todas las leyes "antipiratería". No es sólo "antipiratería", sino "antiderechos". Esas leyes eliminan el derecho de los ciudadanos a acceder a la cultura.

Pero el asunto central de todo viene por lo mismo de siempre: el vil metal (no, el heavy metal no, el dinero). Eso es lo que provoca tantas discusiones: "Se creen que todo lo que hay en Internet es gratis", "Las películas y el cine son caros..." son las excusas que usan los dos bandos: multinacionales y gente de a pie.

Minecraft, un videojuego
de pago libre
Y todos y ninguno tiene la razón. Hay que encontrar el punto medio. Yo no apoyo el "todo gratis", pero tampoco apoyo los precios que cobran por una entrada de cine o por un CD.

Lo primero que hay que hacer es pedir la opinión de los artistas. Pero no de Bosé, Alejandro Sanz... esas no nos interesan, porque son siempre los mismos los que aparecen protestando. Hay que recurrir a otra gente, y ver si realmente a todos les perjudica.

Tampoco interesa hablar con las discográficas ni con la industria en general: son cerrados de mente, y resulta inútil razonar con ellos. El problema es el hecho de tener que reinventarse, y cambiar la forma de distribuir la música y las películas, y la cultura en general de formas más dóciles.

El improperio contraataca, último
álbum hasta la fecha de
El Reno Renardo.
Por ejemplo, un grupo de rock español: El Reno Renardo. ¿Qué hace esta gente? Regala su música. Tú te puedes bajar su discografía desde su página web oficial sin pagar un duro, y la puedes distribuir. Y no te van a meter una querella judicial por ello. ¿Y cómo viven? Donate PayPal. Ellos han puesto la caja de donaciones de PayPal y quien quiera pagar, paga, y quien no quiera/pueda, no.

Alguno (de la industria seguramente) dirá eso de "Ay, es que esos no son muy conocidos..." No importa, hay más ejemplos.

Aún en el territorio español, nos encontramos a Amaral. Con ella no nos vale la excusa de que no es conocida. Recientemente declaró en laopinión.es lo siguiente:
Más que una crisis de la industria de la música vivimos el inicio de un nuevo modelo ya que la evolución de los acontecimiento obliga a replanteárselo todo. Yo, en particular, no veo mal las descargas en Internet ya que yo con 14 años disfrutaba una barbaridad con la música, y como no tenía dinero, me grababa las canciones en cintas de cassette de la colección de vinilos que tenía un vecino mío. No censuro en absoluto lo que hace mucha gente.
 

Pero no me voy a quedar sólo en el territorio español, saltemos y veamos otros ejemplos. Un grupo conocido, que lamentablemente ahora no recuerdo el nombre (RadioHead, Coldplay, o uno de estos), tengo entendido que su música es descargable en su página web. Y también en la misma web lo puedes comprar y te lo mandan a casa.

Y saltemos también a otros ámbitos, como el cine. El cine está... caro, no hay otra palabra para definirlo. Está muy caro. Y podemos debatir sobre si "el cine es caro porque se piratea mucho" o "se piratea mucho porque el cine es caro". Yo creo que es más bien lo contrario, si el cine fuese más barato y asequible no me importaría ir más veces en lugar de hacer una descarga.

También está la opción de crear cine libre, películas que se puedan bajar, y compartir sin miedo a que nos echen el guante... un ejemplo es la película Antitrust (Conspiración en la red en España), que además de hablar de la importancia del software libre, su director se está planteando relicenciarla bajo una Creative Commons, según tengo entendido.

Creative Commons permite crear
licencias a tu gusto.
Otro mundillo, libros. Los PDF "ilegales" que pululan por la red... ante esto sólo voy a decir una cosa: Ediciones B. Esa empresa ha puesto sus e-books sin restricción de copia. Con dos huevos. Y de esta forma, tienen muchas más posibilidades de que la gente los compre a ellos antes que a otros.

Y para finalizar, videojuegos. Una industria desgastada, que sufre mucho por la cantidad de piratería que hay... y que sin embargo, puede solucionarse de la misma manera que la música. Cualquier persona que haya jugado a Minecraft sabe a qué me refiero.

Es un videojuego, que cuesta 20 €. Tu te lo bajas de su página oficial, y ya está. Y si apoyas el proyecto, pagas. Y si no pagas, da igual, no te quitan restricciones, ni eliminan características adicionales... nada. El mismo autor lo dijo:
Se que la gente piratea Minecraft, pero al menos eso significa que les gusta.
De hecho, muchos usuarios se enfadan con los que no han pagado el juego. Ya no es que sea el dueño, es que son los propios fans los que quieren que todos lo paguen. Y hablamos de un videojuego que ha alcanzado... 4 ó 5 millones de ventas.

En otras palabras, y si esto llega a manos de la industria, que lo consideren: la gente paga cuando tienen la opción; obligarlos sólo hará que por principio les lleven la contraria. Esto es así, y es un hecho. Con esto, me despido hasta la próxima entrada, no sin antes dejar un par de canciones libres. ¡Saludos!