Leido: Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne

Disfruté mucho cuando, hace años, en el instituto, en las lecturas entró La vuelta al mundo en ochenta días, de Julio Verne. Y ahora que he decidido ponerme un poco al día con más lecturas clásicas, quise darle la oportunidad a Viaje al centro de la Tierra.

Obviamente, que una novela sea buena, no hace que el autor de la misma únicamente escriba maravillas, y tengo que decir que Viaje al centro de la Tierra me ha sabido a poco. Una premisa interesante que al final, se queda un poco corta. Ah, sí, alterta de spoilers.

La premisa parte con Axel, un joven alemán que vive con su tío, el profesor Lidenbrok, un reputado minerólogo. Un día, Lidenbrok llega a casa con un extraño manuscrito, en cuyo interior hay un pergamino extraño. Al descrifrarlo, se topan con un mensaje de un alquimista llamado Arne Saknussemm, en el cual refleja, teóricamente, cómo se podría acceder al centro de la Tierra. Lidenbrok no duda en partir de inmediato a Islancia, donde se haya la "puerta".

Obviamente, el propio libro ya presenta el debate sobre el núcleo terrestre, el aumento de la temperatura, etc. Sin embargo, con ese tema al margen, nos encontramos con una historia que entretiene por momentos, mientras que por otros se puede hacer terriblemente densa.

Verne nos muestra a lo largo de la ruta de los personajes una exhaustiva descripción de... piedras. La novela entera podría ser un homenaje a la minerología. Axel, quien hace las veces de narrador, nos hace gala de líneas y líneas y líneas y líneas... describiendo las rocas y los pasadizos que se van encontrando en su ruta al interior del globo terrestre. Algo que, en según qué puntos, frena terriblemente el avance de una trama, la cual, todo sea dicho, termina bastante abruptamente.

A través de los ojos de Axel conocemos a los tres personajes principales de la novela (por no decir los únicos). Él es un joven pasional, con miedos comprensibles, pero que tiene demasiado miedo a su tío como para enfrentarse a él y acepta sus palabras, al verse derrotado intelectualmente por la falta de pruebas sólidas de sus teorías, enfrentandose a las escépticas opiniones de su tío. Lidenbrok es más temperamental, la impaciencia personificada, quien sólo sabe avanzar hasta llegar a su objetivo, a cualquier precio. Su objetivo es probar que el interior de la Tierra no es puro magma. Por último, tenemos a Hans, cazador y guía de Axel y Lidenbrok, prácticamente un autómata que ni siente ni padece, y se limita a actuar en beneficio de la expedición, a pesar de desconocer su verdadero objetivo.

Y realmente... no hay mucho más que contar de esta novela. Es ligera, y se hace ligera en líneas generales (salvo aquellos momentos ya mencionados de descripciones sobre piedras), pero sin llegar a observar cambios notables desde la partida en Alemania hasta la incursión dentro del volcán Sneffels. La única excepción, quizá, la del propio Axel, que según avanza la aventura, se muestra poco a poco menos contrario a pensar que el centro del planeta no está formado por lava. Pero al margen de eso, poco.

Descripciones, todas las que se quieran, pero el elenco de personajes es sumamente escaso. Y por supuesto, desde el interior del volcán, tampoco hay pasajes altamente memorables, salvo las propias opciones de sobrevivir, y aquel momento en que (spoilers), se topan con un gran lago subterráneo, el cual tiene su propia climatología, así como formas de vida interesantes, pero los cuales no son suficientes para potenciar una novela que peca un poco en su tardanza en llegar a estos puntos.

¿Valoración general? Aprobada con un seis. No desagrada en absoluto, pero esperaba más, algo más de acción. Y creo que esta novela (y me veo obligado a soltar una pequeña pullita) sufre de lo mismo que su adaptación animada, Willy Fog 2 (parte 1): que no es tan buena, ni de lejos, como La vuelta al mundo. ... Y sí, Viaje al centro de la Tierra se publicó mucho antes, pero aún así.

Leído: Drácula, de Bram Stoker

BLOG DE FELIKIS

9 de mayo, por la noche

Extenuado me hallo. Entre los cursos realizados en los últimos dos meses, y mi recién re-incorporación al mundo laboral, no sé cómo saco tiempo ni ganas para escribir este blog. Pero, ¡oh, debo hacerlo! ¡Pues la escritura es lo único que salvará mi cerebro del aturdimiento, del agotamiento intelectual! ¡Quiera el MEV que logre publicarla antes de caer rendido contra el teclado!

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Entradas de diario como esa son las que componen Drácula, de Bram Stoker. Porque me ha dado por ponerme al día con los clásicos de la literatura. Y a este paso el blog se va  a quedar únicamente para reseñar series y libros, pero bueno. No me inspiran muchas más cosas para escribir. ... Ya estoy divagando, perdón. Ah, y posibles spoilers.

La novela se nos presenta de forma epistolar. En otras palabras, la narración se produce a través de los diarios de los personajes, así como de las cartas que se envían entre ellos, fragmentos de periódicos, y notas ocasionales, ordenados más o menos cronológicamente (hay momentos en que se nos presentan varios días seguidos del diario de un personaje, para luego retroceder en el tiempo y ofrecer las vivencias de otro), lo cual enriquece bastante la lectura.

La historia comienza en en el viaje de Jonathan Harker, un abogado inglés que ha sido invitado al castillo del conde Drácula, en los Cárpatos, para cerrar unas ventas con él. Poco a poco, los rasgos de la personalidad del conde irán confundiendo a Jonathan, hasta que se encuentre en lo que él considera un peligro inminente cuando se da cuenta de que el conde está haciéndose pasar por él. Poco tiempo después, Wilhemina "Mina" Murray, la prometida de Jonathan, acude a pasar unas vacaciones con Lucy Westenra, la cual padece de sonambulismo por alguna extraña razón. Poco a poco, esta enfermedad la irá superando. El grupo protagonista lo cierran Arthur Holmwood, el prometido de Lucy; Quincey Morris, el doctor Seward (ambos dos habían sido pretendientes de Lucy); y por último el profesor Van Helsing.

Podríamos distinguir cinco bloques argumentales cronológicos a partir de todos ellos: la introducción (narrada exclusivamente por Harker) en la cual se nos presenta la figura del conde; las investigaciones del doctor Seward de uno de los pacientes de su manicomio; el progreso, con sus altibajos, de la enfermedad de Lucy, el punto en que su historia se mezcla con la del conde, y finalmente, la persecución final al rey de los vampiros.

La mayoría de contenido del libro es el narrado por Harker, Mina, Lucy y el doctor Seward (con un par de notas de Van Helsing), ofreciéndonos su forma de vivir esa lucha contra el mal que termina suponiendo el conde Drácula, el cual había aprovechado la visita de Harker para planear un viaje a Londres, desde donde expandir su poder. De esta forma, se entra en una extraña dinámica de caza del ratón.

Aunque normalmente la narración es bastante dinámica, lo que permite disfrutar de pasajes con mucha y rica información de lo que puede pasar, hay ciertos puntos en que la falta de progresos de los personajes frenan ese avance (porque errare humanum est), pero especialmente cuando a Stoker le da por poner en el modo más descriptivo posible a sus personajes cuando visitan ciertos parajes, quitando trabajo a la imaginación (y para los que somos como yo, haciéndonos pasar a la lectura en diagonal).

Quiero añadir también que siempre me han hecho gracia esta clase de relatos, en los cuales los personajes que escriben su diario son capaces de hacerlo con pelos y señales, recordando hasta el más mínimo detalle, y estilizándolo al tipo novela. Por alguna razón.

Con todo esto, permitiéndonos conocer a unos personajes que cuentan la historia tan rica en detalles, se nos ofrece ese halo entre el misterio, el terror, y el peligro que les acecha, cuando la suerte parece sonreír al enemigo y cuando los esfuerzos de los protagonistas parecen en vano. Pero en vano de que en ciertos momentos yo me quedé en plan: "¡Venga ya! ¡No me lo puedo yo de creer!".

Ojo. Insisto en que he disfrutado la lectura. Tengo que decir también que tuve que meterme un poco en el contexto histórico de la obra, ya que abundan las expresiones largas, un empleo quizá abusivo de "querido/a", "amado/a", "amigo/a" cuando se hablan entre ellos, y por supuesto, esas normas sociales antiguas machistas en las que se definía lo que a un hombre hacía un hombre y lo que a una mujer hacía una mujer y cómo se debían comportar en ciertas situaciones y todas esas mierdas.

Pero obviando esa parte, es una lectura que engancha, en su forma de explicar las cosas, y de cómo todo lleva un proceso lógico y no todo es "porque sí" y averiguando con los personajes qué es lo que ocurre o lo que puede ocurrir (dejando al margen que cualquiera que sepa un poco de Drácula o sobre vampiros en la cultura popular, esas cosas le pueden parecer obvias desde el primer momento). Me ha "molao". Una novela si no de sobresaliente, de notable alto.

(PD: Y me apetece decirlo: a mi me gustó la película Van Helsing (2004). A pesar de que sea otro concepto diferente al de la obra. Me la pela).