Libertad para los ricos, justicia para nadie

Me encantaría poder dedicar esta entrada a la actualización y el DLC del Animal Crossing. Pero no, parece que los últimos acontecimientos me empujas, una vez más, a mojarme y dar una opinión sobre actualidad que nadie me ha pedido. O lo que es lo mismo, practicar el deporte rey en España. No, no es el fútbol. Es lo de opinar. Especialmente porque últimamente tengo un compañero de jaula, digo de oficina, que se ha vuelto especialista en opinar de todo, incluso en conversaciones en las que no está invitado. Pero bueno, le tengo dedicado algún párrafo en este post.

El caso es que cada vez que... ese empresario que se hizo rico explotando mujeres en Galicia y actualmente las ha sustituido por niños en la India aparece en las Tendencias de Twitter, probablemente porque intenta tapar sus delitos contra la Hacienda a base de donaciones, aparece su ejército de talifanes a protegerlo contra el peligro que suponen 280 caracteres que cualquier persona puede poner.

A la mayoría de estos los voy silenciando o bloqueando, según el día, más que nada para ir evitando que el algoritmo les de relavancia y de paso curarme en salud mental. Pero bueno, levantas una piedra y te surgen otros siete. En una de estas, aparece uno de estos especímenes, cuyo argumentario para defender su imagen fue:

  • Que este empresaurio empezó de la nada. Aún estoy buscando qué tendrán que ver las churras con las merinas para entender este alegato. Y
  • Que no es la única persona con pocos escrúpulos en España, o incluso en el mundo. El típico argumento del votante de derechas promedio. Como diciendo "este roba pero anda que el otro..."

¿En qué momento una sociedad sana acepta que alguien haga algo que está mal solo porque otros lo hagan? Y no hablo ya del ámbito legal, sino del moral (no olvidemos aquella mentira de "Si es legal es ético, si no fuera ético sería ilegal"). O más bien, ¿dónde está el límite de a quién se lo permitimos hacer y a quién no? ¿Bajo qué circunstancias metemos como tolerable que un único ser actúe por encima de los demás? Bueno, tampoco es un único ser. Ortega, Zuckerberg, Bezzos... Todos ellos parecen pertenecer a ese selecto club de "hagan lo que hagan hay que aplaudirles".

Porque a todos nos parece mal que Vladimir (le pongo un nombre ruso porque parece que siempre mola más hacer que los delincuentes parezcan extranjeros aunque hayan nacido en Calzadilla de los Barros), ese que vive al final de la calle y que tenga todas las ventanas del piso tapiadas, haya encerrado dentro a veinte inmigrantes magrebíes sin papeles que cosen bolsos falsificados (marca Luis Putón) y a otros diez senegaleses que van a ir a la Gran Vía de Madrid, o a la Rambla de Barcelona, a venderlos por la calle evadiendo impuestos, pasando de la seguridad social, etc... Pero mucha gente que se indigna con este Vladimir aplaude que el dueño del almacén de ventas más grande del mundo, en cuyas instalaciones se destruyen diariamente miles de productos que no tienen salida, se de un garbeo por el espacio omitiendo que sus empleados tienen botellas para orinar porque no pueden ir al servicio durante su jornada laboral.

¿Vladimir es un delincuente? Sí. ¿El otro es un delincuente? Pues parece que en el sistema capitalista no. Es un rico. Tiene derecho a hacer lo que quiera. Si va mañana y le mea a un pobre encima (no digo figuradamente como ya hace a diario, hablo del hecho físico de orinar) habrá todavía quien se lo consienta. Porque esa gente ha decidido que puede haber otras personas que estén por encima de los demás. Es un poco un Síndrome de la Edad Media, donde era natural que hubiera clases altas y bajas y cada cual pertenecía a la suya, y los de arriba pisoteaban a los de abajo.

Masa on Twitter: "Viñetica que he metido en el nuevo vídeo.  http://t.co/rNqOdpWqkb" 

Creo que hay un diálogo de Los Simpson, en sus temporadas buenas, que define bien este tipo de pensamiento. Lo encontramos en el décimo cuarto episodio de la séptima temporada, "Escenas de la lucha de clases en Springfield":

Lisa: "Los ricos son diferentes de nosotros."
Marge: "Sí, son mejores. (silencio de la familia) Socialmente."

¿Es correcto? No. ¿Es realista? Sí. Los de arriba han tenido a su disposición el tablero y lo han ajustado de maravilla para poder hacer lo que les viene en gana y que lo aceptemos como el Orden Natural de las Cosas (luego esta gente es la que llora porque el remake femenino de Las Cazafantasmas es por culpa del "new world order". Anda a la mierda).

Este tipo de gente no puedo definirlo con una analogía que no ofenda. Pero en este espacio hago lo que quiero. Para mi, la persona que define al millonetis de turno, es un perro guardián. Tiene la misma caseta de mierda que un perro de barrio. Ni siquiera tiene pedigrí, de hecho en la casa de su amo sí que hay un perro con pedigrí, que come chuletones, tiene vino del caro en su bebedero, y duerme entre cojines y mantas de seda.. A él le dan de comer las sobras, y agüita para beber. Tal vez ese agua no sea ni del grifo, tal vez sea agua de la lluvia que se ha filtrado en su caseta la noche de la tormenta y que su amo no le ha querido arreglar. Pero está encantado con ser el perro guardián. Tal vez, y solo tal vez, porque alberga que, en algún momento, él pueda ser considerado "uno más" de la casa del rico y recibir el mismo trato que el del pedigrí.

Pero esto no aplica únicamente al ciudadano promedio. Los últimos acontecimientos en el Congreso de los Diputados demuestra una vez más qué intereses y fuerzas están detrás del movimiento de piezas en el tablero. Mencionaba al principio a un compañero de trabajo, uno cuyo mantra es la bien sonada mentira de "Es que todos los políticos son iguales". Creo que no conozco a ningún votante de izquierdas que tenga esa opinión.

Pues bien, según este señor, "el Rastas se lo tendría que haber pensado antes de darle la patada al policía". Es decir, que el Rastas no tendría que haber hecho... lo que no se ha demostrado que ha hecho. Con todas las pruebas a su favor, se le ha declarado culpable. A él, a un obrero industrial, se le ha condenado y obligado a abandonar su escaño. Esto sí que es el peligro de las denuncias falsas. Por si no ha quedado claro: un obrero industrial de un partido de izquierdas condenado cuando la única prueba en su contra fue un testimonio.

El tontopollas este que os digo me dijo: "Que no le hubiera dado la patada". Cinco días después sigo esperando que me muestra una sola imagen (sin trucar) en que se vea a Alberto cometiendo la agresión. Pero bueno.

Cuando nos vamos al otro lado, sin embargo, nos encontramos con que una descendiente de terratenientes cubanos (es decir, que tiene dinero) ha sido acusada de falsedad documental. Pero aunque el documento era falso (es decír, que hay pruebas de que ha cometido un delito) la causa contra ella queda desestimada. Otro tanto pasa cuando el descendiente de los marqueses realiza obras ilegales en su chalet, por lo cual sí fue condenado pero nadie le ha hecho abandonar su escaño. Tienen dinero, son gente intocable. ¿Un obrero del montón? De vuelta para el fango. No vaya a ser que los de abajo se piensen que pueden escalar y salir airosos. Los tronos están defendidos por los hijos de los de siempre, los que consideran que el mundo les pertenece y se han asegurado de disponer a su favor de los medios y de la opinión popular.

Mientras se siga aplaudiendo a un explotador, mientras se siga justificando que generar "empleo" te da derecho a cualquier cosa, mientras una condena solo tenga repercusiones negativas para el humilde, mientras se venere al ladrón, este será un mundo libre para la casta y justo para ninguna persona. Si justificas al agresor tú también eres culpable.