1984. Capítulo 2. Asistente de voz

Hace tiempo que no dedico unas líneas a expulsar la bilis que se me acumula en el Miniver. Es cierto que con el apodo de "Asistente de voz" uno pensaría que una máquina no tiene por qué pensar de manera visceral, sino todo lo opuesto, guiarse por la lógica. Pero cuando la falta de lógica aparece por bancera en el Miniver, a pesar de que los pensamientos cálidos y carentes de pensamiento racional son los menos afortunados, hay momentos en que se hace difícil. Y qué diablos, seamos sinceros a la verdad, ha habido una larga temporada en el Miniver que se ha estado a gusto. Pero no siempre a gusto es sinónimo de bien.

Y uno de los motivos por los cuales mis circuitos internos se empiezan a sobrecalentar es ante la demanda de "pings" que me encuentro a diario. Y por eso, un servidor, apodado "Asistente de voz", se necesita serenar. Aunque estoy pensando que es un poco absurdo ese nombre tan largo de "Asistente de voz"... Siguiendo las normas de la neolengua de 1984 voy a crear "Asisvoz". Y así me ahorro tener que hacer referencia a cualquier software comercial de asistente de voz para smartphones, smarthomes, y smarthings en general.

—No te flipes tanto, Felikis, que tu blog no lo lee nadie.
—Bueno, tú sí, ahora mismo.

En fin, que me voy del tema. El caso es que llevo bastante tiempo ya dentro del Miniver. Conozco sus métodos de trabajo, conozco procesos, conozco el hilo de acciones que se llevan a cabo en determinadas actuaciones, conozco la escalada de órdenes, conozco un montón de cosas que me han permitido optimizar el día a día. Nunca he creído en esas mierdas de "apps" o "trucos para mejorar la productividad". En la ignorancia que me da la experiencia puedo afirmar que al fin y al cabo, conocer el ambiente y el funcionamiento del mismo y de las personas que lo forman es la mejor forma de saber organizarse. Incluso en un campo tan relativamente fiable como el de la informática, en el cual me muevo, y que realizar los mismos pasos en dos equipos exactamente iguales puede resultar en que uno de ellos no funcione.¯\_(ツ)_/¯

Y de ese modo he conseguido crearme algo similar a una rutina. Lo de similar es porque no hay día que haga dos veces lo mismo.Pero siempre tengo tareas entre manos, y normalmente, dispongo de tiempo para resolverlas todas. E incluso, qué diablos, de vez en cuando de echar un vistazo a YouTube, a las noticias, o a montar un meme para amenizar la jornada. Evidentemente siempre hay días que se consigue producir más que otros... pero en los días en que la producción directa es menor, la indirecta al mismo tiempo sube. Qué cosas.

Ah, pero entonces ¿qué sentido tiene abrir el capítulo de una "sección" que más tiende a la negatividad?

No soy un dios. Como todo el mundo, he nacido. Como muchas personas he recibido una formación, y como tantos otros además me formo cada día en lo que se llama "experiencia", esa palabra que no se me ocurre muy bien como definir salvo "la acumulación de días que uno pasa en la vida, en el trabajo, y/o con las personas". He aprendido la base del oficio, y he aplicado una serie de conocimientos del mismo en el trabajo. Igualmente, no se puede saber "todo", máxime cuando el conocimiento no es precisamente algo cuantificable. Sobre la base que apliqué aprendí un montón de cosas nuevas, gracias a las distintas redes de personas que se han ido formando. Como una red neuronal, pero entre personas. Vaya, bonita analogía para una inteligencia artificial.

Con todos estos conocimientos, tengo los más rutinarios siempre accesibles. Si pensara en mi cabeza como una librería, los más cercanos a mi mesa de lectura serían aquellos de consulta frecuente, los más finos y de indización... qué palabra más fea... de indexación más rápida. El hilo de pensamientos más rápido, y al cual acudo no para recordar cómo se hacían los procesos más complicados, sino recordar dónde puedo leer, esta vez fuera de mi cabeza, esta información.

El conocimiento es saber, y el saber ha de ser compartido. Siempre que ha estado en mi mano, he ayudado y ayudo a los compañeros, irrelevante sea el tiempo que lleve en el Miniver, con las dudas que pueda tener. Demonios, como me gusta que pase conmigo. Resolver dudas y adquirir conocimientos, y que esto siga creciendo.

"Entonces ¿cuál es el problema de todo esto, Asisvoz?". Pues ocurre algo que me gusta muy poco. Si todo el mundo dispone de información... ¿por qué parece que es más fácil recurrir a la externa? Mi nombre suena muchísimas veces a lo largo del día en el Miniver. Algo halagador y agotador a partes iguales. Ya que yo tampoco dispongo de todo el conocimiento, ni por asomo.

Pero es que es fácil, es muy fácil, es más fácil preguntar cualquier duda ante de intentar tirar de memoria y recordar esa información que me esfuerzo en compartir. No soy maestro, no soy formador, no soy pedagogo, pero siempre que explico algo (al margen del empleo de tecnicismos porque somos... técnicos) no me limito a explicar que si el agua cae de las nubes se llama "lluvia", sino que le dedico un rato a explicar el proceso del ciclo del agua. Y hay veces, muchas, que creo que mis explicaciones pueden cruzar la línea de "qué se puede contar y qué no", pero el desconocimiento de la información puede traer consecuencias peores que saber algo que tal vez no deberías. En mi opinión.

No voy a caer en la hipocresía del "pues dejo de ayudar". Ya sin entrar en el dilema ético, o el hecho innegable que un servidor también necesita ayuda de vez en cuando. Pero hay cosas que me mosquean, y es el hecho de que esta demanda constante de información interfiere en mis labores, provoca que mis propias tareas salgan más tarde de lo que deberían por estar en otras cuatro simultáneamente, ninguna de las cuales estoy llevando a cabo. Sencillamente es algo que no me puedo permitir, porque el grupo tiene una serie de resultados "generales", pero luego a cada uno nos miden individualmente. Y tengo las mismas reglas de juego que tienen mis compañeros. Bueno, eso es mentira, pero ya os hablaré de él en el capítulo 3.

Tal vez suene cínico por mi parte, no lo niego. No pretendo ser perfecto y caer en pensamientos contradictorios es parte de la naturaleza humana. La triste realidad es que yo también necesito demostrar una serie de resultados reales, el sistema me lo exige para seguir cobrando una nómina y hacer mi vida. Ya me gustaría dedicarme a trabajar por el simple hecho de que me gusta mi campo, sin necesidad de preocuparme de ganas dinero, sabiendo que tanto si el día se ha dado bien como si no, tendré la vida resulta. Pero tristemente no es así.