El juego de Ender



Tras un tiempo considerable, he retomado la lectura. Me prestaron El juego de Ender (1985) hace unas semanitas. Empecé la lectura, pero la interrumpí cuando apenas llevaba 50 páginas. Este fin de semana la recuperé, y lo leí en dos días hasta el final (510 en total), ya que, aunque el principio era lento, logré pillarle el gusto e interesarme por la historia.

Y he querido escribir la crítica antes de verme la película. De hecho, me interesó la película, pero opté por hacer antes la lectura del libro. Cuando vi "Los juegos del hambre", no había leído los libros, y no me pareció "la gran cosa" que todos dicen. Tengo pendiente darle una segunda oportunidad, no me matéis aún.

La historia nos presenta un futuro distópico. Lo que parece un poco típico, y más en un ambiente futurista. En esta historia, la humanidad fue atacada por los insectores, unos alienígenas que diezmaron la población. Tras librar dos grandes batallas contra ellos, la tercera parece inminente. Los niños con ciertas son reclutados para las escuelas militares, y uno de estos es Ender, un Tercero (tercer hijo de un matrimonio, cuando la ley prohibía tener más de dos descendientes) con unas habilidades innatas y una capacidad de aprendizaje muy bueno.

El libro nos cuenta la historia desde el momento en que le quitan su "monitor", y cómo va pasando, más rápido que cualquier otro recluta, por su entrenamiento en las escuelas de batalla, y cómo constantemente se le aísla de la gente para que dependa sólo de él mismo. Estas historias son mezcladas con las conversaciones de sus "examinadores", los que determinan si sus actos son los apropiados o no para salvar a la humanidad. Ender se enfrenta al "juego" de la guerra, donde empieza como soldado y termina ascendiendo en los escalafones, siempre privado de intimar con otra gente. Del mismo modo, una pequeña historia en algunos capítulos nos muestra a sus hermanos, quien tiene intereses sobre el otro y sobre Ender, mientras intentan hacerse un hueco entre los adultos y expresar sus opiniones.

Una historia que mezcla varios elementos: el juego de la guerra, el Juego de Fantasía (cuyos pases, extravagantes y que parecen poco interesantes, resultan de gran peso en la conclusión del libro), el sentido de la supervivencia de la humanidad (pactos para preservar la humanidad que se pueden venir abajo cuando se gana la guerra), debates sobre quienes son los amigos y los enemigos, a qué puede conducir el hecho de impedir que un humano haga amigos... Una lectura muy completa, que se deja disfrutar.

Hay que hablar un poco de la controversia. Orson Scott Card, el autor, es homófobo, racista... Considera que el matrimonio homosexual pone en peligro la democracia estadounidense (un dato curioso: los "insectores" en inglés es "buggers", mismo término que en España traduciríamos como "bujarras") y ha llegado a comparar a Obama con Hitler. Y si tenemos en cuenta que en el libro apenas aparecen tres figuras femeninas relevantes, también se le puede acusar de machista, lo que ha causado que haya gente que no vea la película. Pero, aunque no apoyo este tipo de comportamientos, considero que no puede mezclarse un autor con su obra. El libro es una maravilla, y pese a que muchas ideas del autor hayan quedado reflejadas en el libro... ¿en parte no es también un vistazo a un problema que la humanidad debe arreglar? ¿Problemas de la sociedad actual? Causará polémica, habrá quien disguste, pero personalmente me lo quiero tomar con filosofía.

Como ya he dicho, una lectura que, aunque puede tardar un poco, engancha, con multitemática, para pensar, que nos hace empatizar (o no) con un niño con cierto instinto asesino (aquí suenan las alarmas), y hacia el final, con un buen toque hacia los motivos de las invasiones extraterrestres, un dato cuanto menos curioso que también deberíamos plantearnos.

Hay muchos más libros en la saga, que iré leyendo poco a poco (o eso me gustaría). De momento, voy a seguir con una lectura algo más antigua. Un poco de Sherlock Holmes será.

No damos abasto



Llevo como un mes ausente del blog. La verdad, no me decidía sobre qué podía hablar. Y me estoy dando cuenta de que, absolutamente de cualquier tema, podríamos escribir varios libros en letra pequeña como tomos de la Espasa. Hay tanto frente abierto y sólo dentro de nuestras fronteras... Es acojonante.

Voy a empezar por un tema muy calentito, no podía ser otro que la consulta catalana del 9N. No voy a hablar del señor Mas, ni entrar a hablar de si me parece bien que Cataluña quiera ser un estado. Vamos a la consulta en sí. Es vergonzoso el trato que se ha tenido con esta gente. A priori, se ha hablado siempre de una consulta no vinculante. Traducido al mundano, es lo que se llama opinión. Se ha prohibido el derecho a opinar al prohibir que se produjera la consulta, y aplaudo la desobediencia civil que ha supuesto que los colegios electorales se abrieran. Simple y llanamente porque es como si me prohibieran a mi, de la misma forma, ir puerta por puerta preguntando "¿A favor o en contra?" y anotándolo en un bloc. Los resultados, obviamente, variarían (a conveniencia, algo que se hace mucho en este país; si eres de un grupo dirás que es negro y si eres del otro dirás que del blanco; luego seguiremos votando bipartidismo).

Sí que quiero comentar al respecto la mala... no se ni como llamarlo, la verdad. La mala argumentación en contra de la independencia, vamos. Uno de los más trillados ha sido el de que "Cataluña nunca ha sido un estado independiente". Bueno, y hasta el año 1143 Portugal tampoco lo era, pertenecía al Reino de Aragón. Y ahí lo tenemos, en la misma situación geográfica, es un país desarrollado... Pero bueno, volviendo a lo que a fecha de hoy siguen siendo nuestras fronteras. Donde se debería centrar la gente es en cómo se realizaría. Creo que muy poca gente (y no me incluyo entre ellos) conoce exactamente cual sería el proceso y las consecuencias (iniciales; las que ocurran de aquí a varios años son imprevisibles) que traería para lo que aún formara parte de España y Cataluña independizada. Motivo por el cual no me posiciono a favor o en contra es precisamente ese desconocimiento.

También es obvio que el sentimiento independentista ha crecido. Normal. Cataluña, aunque muchas veces he oído hablar de "todo lo que se les consiente", pero al mismo tiempo, lo han dicho como si hablaran de la oveja negra de la familia. Y lo del "pues donde no se me quiere, no estoy" es totalmente natural. ¿Y si todo se hubiera podido solucionar con un poco de cariño? Y esto lo digo como externo. Vivo en una parte de España que no es Cataluña (lo siento, saber mi localización tiene que ir con una invitación a cenar), pero intento comprender "la que se ha liado".

Otra técnica empleada es que la consulta es anticonstitucional. Es decir, una Constitución que da el derecho a opinión prohíbe que se opine. Pues eso tiene que ser un error de manual. Eso es como permitir las fiestas pero prohibir que haya gente. Entonces lo de opinar queda... de puertas para dentro, ¿no? Claro, como siempre. Yo puedo en mi casa maldecir en voz alta o ir gritando que dios no existe. Pero en la calle, baja la mirada, agacha las orejas. Que no, coño, que no. Que este problema, de la única forma de la que no se va a solucionar el callando. Hay que hablr. Todos. Los síes, los noes. Los que pasan, pues que se jodan si no les gusta el resultado final. Se habla.

Se ha utilizado mucho una palabra que me revuelve el estómago, me hierve la sangre y enfurece mi mente de tal forma que el mismo diablo me tendría miedo. Hablo de esa palabrita llamada "populismo", con espectro peyorativo. Aquí los bocachanclas lo emplean normalmente para desprestigiar ideas, pensamientos, medidas... Cualquier cosa que se oponga a cierta ideología que en este país no desapareció del todo (es más, ha crecido; yo creo que hay ahora más fachas que cuando Franco vivía, si alguien puede, que haga el cálculo proporcional). Pues bien. populismo es, efectivamente, perteneciente o relativo al PUEBLO. Así, en mayúsculas, para que entre bien en las molleras. AL PUEBLO. Democracia viene de demos, que significa PUEBLO también.

Señores, el populismo es la voluntad del pueblo. Del mismo modo que la democracia, su base, es que es el gobierno DEL PUEBLO. Del pueblo, no de los partidos. Del pueblo, no de lo que les conviene a las todopoderosass empresas. Del pueblo, no de la voluntad de los bancos. Son ellos los que deberían perder sus empleos. Son ellos los anticonstitucionales. Son ellos los que a base de cortinas de humo han abierto tantos frentes de combate que uno ya no sabe ni qué defender.

Son ellos los que atacan al "populus". Podemos, la formación surgida gracias al movimiento 15M (¿populismo? Pues vale, pero ¿por qué eso es malo? ¿Porque lo dice el PPSOE?), es un movimiento que , a fecha de hoy, parece ir con los intereses del pueblo. "Pero que diceeeeees, si esos solo nos regalan los oidos y dicen lo que la gente quiere oiiiiiiiiiirrrrrr". Mentira. Dicen lo que la gente ya piensa, qué coño. A mi no me an descubierto nada nuevo, sólo que hay más gente de la que yo pensaba que apoya principios que yo también apoyaba. No todos, obviamente, pero los hay.

Esa gente, como digo, que se refugian en la Constitución cuando les conviene, se pasan por la torera cualquier otra ley en su propio beneficio, atacando incluso la Constitución. En la misma se recoge que "Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los derechos y deberes de todos al respecto." (Constitución Española, Título I, capítulo tercero, artículo 43). Y hasta hace poco se debía pelear para evitar las privatizaciones de los hospitales públicos.

Esa gente se refugia en las leyes que les conviene, pero luego se niegan a dar explicaciones, ignoran a la guardia civil cuando les dan el alto, destruyen pruebas de sus ordenadores, condenan el terrorismo pero no hacen nada cuando un concejal desea "un tiro en la nuca" a un miembro de otro partido, o son tontos y viven en su vida es una tómbola de luz y de color, o creen que somos tontos. Claro, con los resultados electorales, yo también lo creo, todo hay que decirlo.

En lugar de vivir en base a unos derechos y obligaciones, nos vemos obligados a luchar por ellos. Las únicas armas que se pueden usar contra ellos parecen no tener efecto. Poner a gente a gobernar es muy fácil. Es demasiado fácil. La educación que se recibe en este país es "de espabilaos". Son nuestras raíces, y sobre todo los poderosos lo han adquirido de una manera tan estupenda que basta que sean electos para que luego no haya forma de quitarlos. Por tanto, mientras que en una empresa, un jefe puede despedir a un empleado porque ha incumplido la cláusula de confidencialidad del contrato, nosotros, el pueblo (teóricamente, el jefe) no podemos expulsar a nuestro trabajador (el político debe trabajar para el pueblo, y no al revés) porque haya incumplido promesas, mienta, o cualquier motivo de sentido común para que tuviera un cese fulminante.

Fijaos. Con lo que he puesto de Cataluña, y al final de los otros temas que atacar sólo me han salido párrafos de diferente contenido. Con razón el título de la entrada. Si es que no damos abasto con tanto problema, coño.