Redes (a)sociales



Lo que puede dar de si una chorrada en Twitter...

Los (putos) ads



Voy a decirlo sin tapujos. Navegar por la web se ha convertido en un coñazo. Quieres buscar información de cualquier cosa, y aparecen miles de anuncios molestos en la pantalla. Desde páginas que se limitan a poner un banner (las que menos) a esas que cargan tres banners, dos ventanas emergentes, el botón de Facebook, y enlace a sitios similares con más publicidad.

Señores programadores de páginas web, entiendo la necesidad de publicar algo (y recalco: algo) de publicidad para sostener una web. Alquilar el dominio, el hosting... Vale, conlleva unos gastos. Y si de paso, con el fruto de ese trabajo, se consiguen unos euros, pues tanto mejor. No tengo problema con eso.

Pero seamos serios. Los anuncios de las páginas web, los que van incrustados, se han convertido en invasivos. Es imposible navegar a gusto con esta publicidad tan molesta.
  1. Porque ralentiza el tiempo de carga. Cuantos más elementos tiene una web, más tarda en cargar. Eso es un hecho, y más cuando hay sitios en los que la publicidad carga antes que el contenido. Intolerable.
  2. Dificulta la navegación, especialmente desde un teléfono. Si ya jode entrar en un sitio web desde el teléfono y comprobar que no está adaptado para leerse en teléfonos, no te cuento ya pelearse en una pantalla táctil con los anuncios. Al final te entra hasta el tifus en el smartphone.
  3. Distrae. Afortunadamente, los que usamos Firefox tenemos ahora un "modo de lectura" que se limita a cargar el texto y sus imagenes ilustrativas, eliminando cualquier distracción. No obstante, no es suficiente: la publicidad de un sitio no puede interferir en su contenido.
  4. Quitarla es cada vez más difícil. En serio, ¿a quién no le ha pasado lo mismo que ilustro en la imagen de publicidad en los teléfonos?
  5. Es peligrosa. Tener que ver la imagen de un pene creciendo mientras intento leer las últimas novedadesd de la parrilla televisiva estadounidense ya es incómodo. ¿Qué hay de acceder a una web, y que de pronto, por la publicidad, esta te lleve a una página de esas que infectan con el virus de la policía. Entre otros ejemplos. Y me ha pasado leyendo artículos de Harry Potter, cuidado.
Así que me toca un poco los cojones que los anunciantes de internet estén haciendo un aquelarre contra los bloqueadores de anuncios. ¡Que pierden dinero! ¡Cojones! ¡Y yo pierdo mi tiempo intentando cargar una web sobre la cría de la zanahoria en invernaderos en la que cada dos por tres me sale un aviso que no hay forma de cerrar y como no de en el punto exacto de la "X" para cerrarlo me abrirá una emergente que intentará venderme viagra!

Es realmente molesto. Y eso por no hablar de las últimas "encuestas" que aparecen estos días en ciertas webs informativas. ¿Que para leer un artículo tengo que decir si soy padre, si tengo un Volkswagen,o si dedico más tiempo a ir al cine o a ver la tele?

Menos mal que parte de ese colectivo se ha dado cuenta de que ese modelo debe cambiar. El problema, me temo, es que tardaremos en ver ese cambio. Y mientras, los ads nos seguirán impidiendo acceder a nuestro contenido. Ya sea navegando, usando juegos en el teléfono...
Hace poco se anunció Pokémon Go!, un juego para Android e iOS que permitirá atrapar Pokémon usando la realidad virtual. Entre otras cosas, se ha hablado de eventos para que la gente coopere para capturar a los legendarios. Tiemblo al imaginarme a doscientas personas congregadas en Puerta del Sol, a punto de atrapar a Mewtwo, y que en el momento de lanzar la Pokéball, aparezca un anuncio en video de tres minutos que no se puede saltar. Ahí lo dejo.

Ser solidario



Esta imagen en realidad es una plantilla. Cada vez que hay de por medio un asunto relacionado con nuestra solidaridad, un montón de gente, gente hipócrita siendo precisos, se oponen profundamente a que seamos solidarios, pero siempre hay un caso concreto que les llega a la fibra sensible. Sólo ese. Manda cojones.
Una cosa es ser solidario, y otra es serlo a cambio de nada.
Mariano Rajoy
Mucha gente parece acogerse encantada a las palabras de Rajoy, que recogen muy bien el espíritu de lo español. He aquí otras citas célebres en la misma línea.
Una cosa es ser generoso, y otra es serlo sin pedir que te lo devuelvan, con comisiones.
Un banquero cualquiera
Una cosa es ser solidario, y otra es serlo a cambio de nada.
Tu cuñao, después de oír a Rajoy
¿A qué se debe todo este rollo de citas? Recientemente he visto en Facebook una imagen de esas compuestas por una foto y un texto sobrepuesto. El texto, en esta ocasión, rezaba: "Ante las ayudas sociales, los españoles primero". Lo se, es duro. Ve al baño, vomita, y una vez te hayas repuesto de que alguien pueda haber publicado tamaña gilipollez (y otros taitantos la compartan), continuamos.

Estuve un rato pensando... y la verdad, no se me ocurrió ningún motivo para que los españoles tengamos que tener algún tipo de "preferencia". No se, lo mismo es que tenemos la polla más grande y eso nos da el derecho, aunque lo dudo. Tanto que la tengamos más grande, como que en ese caso tuviéramos derecho.

Las ayudas sociales son para la sociedad que lo necesita. (¡Gracias, capitán Obvio!) No, no es tan obvio, o no me parece que lo sea para la gente, de ahí que tenga que explicarlo. Y antes de que me venga alguno con eso de "es que los extranjeros vienen a...", vamos a dejar claras unas cosas:
  1. En este país hay inmigrantes que necesitan las ayudas sociales para vivir.
  2. En este país hay inmigrantes que se aprovechan de las ayudas sociales.
  3. En este país hay españoles que necesitan las ayudas sociales para vivir.
  4. En este país hay españoles que se aprovechan de las ayudas sociales.
¡Y punto! ¡Que no todos los que somos originarios que aquí somos unos santos! ¡Ni todos los que vienen de fuera lo hacen para aprovecharse! ¡No se puede hacer una criba por el puto país de origen! ¡Se deben hacer esfuerzos para garantizar que esas ayudas van a ser bien aprovechadas! ¡No se puede cerrar el grifo! ¡No podemos hacer como esos bárbaros que intentaban evitar la entrada de los camiones de refugiados! ¡O la reportera húngara! ¡Por el amor de lo que más quieras! ¿Qué clase de comportamiento es ese? Si somos humanos, tengamos humanidad.

Hay un oxímoron del que formo parte. La llamada "tolerancia cero". No puedo con el racismo. No puedo con el "que pena me da el niño sirio pero no voy a dejar que entren en mi país". No puedo con el sentimiento patrio que crece hasta que la persona cree que por esa condición estamos por encima de otros.

"Pero es que en otros países...". En otros países un imputado no puede ejercer un cargo público, en otros países se ha dimitido cuando no se ha podido cumplir el programa electoral, en otros países se hacen tantas cosas que tan bien podríamos hacer en el nuestro... Pero eso ya no nos sale de los cojones, claro. Que muchos los tienen tan gordos que se los pisan cuando van por la calle.

La sociedad española tiene muchas cosas buenas (aquí entra uno y me dice: ¡fascista!) pero también tiene cosas malas (aquí entra el otro y me dice: ¡rojo!). Lo de la tolerancia es uno de esos temas. La solidaridad es el otro. Yo no voy a decir a nadie: "Oye, tenemos que ir a donar a esta ONG, que necesitan ayuda para...", no, no voy a hacerlo. Cada uno con su dinero puede hacer lo que le de la gana.

Creo que España va a acoger a 14.000 refugiados. Si hay algo que me preocupa del asunto no es el hecho de que vengan, sino qué les podría pasar cuando lo hagan... Hay mafias que operan... hay gente violenta por la vida... No creo que vayan a estar peor que en su país de origen, pero de lo que estoy seguro es de que ni el 5% podrán alcanzar (a menos a corto plazo) el nivel de vida medio de los españoles. Por mi parte sólo me queda desearles la mejor de las suertes. Y a los intolerantes, les deseo que revisen por las webs de noticias. Que vean lo que tiene que estar pasando esa gente en su país.
Los refugiados no emigran por diversión. Al igual que la gente que salta las vallas en Ceuta y Melilla. En una situación desesperada, quien no tiene la oportunidad por la vía legal, lo hará por la ilegal, más peligrosa. Supervivencia lo llamo. Pero si cualquiera de nosotros estuviera en el lugar de ellos, más de uno sería el primero en querer salir de allí.
Esta es mía.

Mortadelo y Filemón

Tras pensarlo mucho, me di cuenta de que aún no había dedicado una entrada en el blog a la mítica pareja creada por F. Ibáñez, y como eso no podía ser, era hora de corregirlo.

Mortadelo y Filemón, nacidos en 1958, la pareja de detectives (y luego, agentes secretos) más famosa del panorama español. Ríos de páginas, tinta, gags, carcajadas...Un hito en la historia de la historieta española, por peso propio.

Yo he sido de los niños que han crecido con Mortadelo y Filemón. No en su época dorada, claro, pues me dio por nacer en los años 90, y hasta finales de la década no empecé a acumular cómics de los agentes patrios más conocidos. Precisamente, "El bacilón", cuya portada ilustra esta entradilla, fue el primer álbum como tal que leí de Mortadelo. Posteriormente, conseguiría "Los secuestradores" y "El transformador metabólico", todos ellos de la actual colección Olé!. Sumándolo al número 14 de Súper Humor (repitiendo las dos anteriores, y añadiendo "Los mercenarios" y "¡A por el niño!"), fueron los orígenes de una colección que actualmente ocupa el 50% de mis estanterías (acompañados de Rompetechos, El botones Sacarino, 13, Rúe del Percebe, los Zipi y Zape de Escobar, y varias recopilaciones de historiera de la época de Bruguera).

Mortadelo y Filemón son como el buen vino: envejecen bien. Y ahora mismo, podemos elegir cualquier álbum de la época de los setenta (como la primera "larga" que fue "El sultafo atómico", o "Magín el Mago") y reírnos de aquellas aventuras.

Los agentes empezaron su andadura en 1958 como Mortadelo y Filemón, agencia de información (por aquella costumbre brugueriana de poner rimas a los títulos de sus tiras), siendo una parodia (aproximada) de Sherlock Holmes y el doctor Watson. Bueno, en realidad Filemón podía beber más de Holmes que Mortadelo de Watson (siendo Mortadelo quien heredaría -es un decir- la habilidad del disfraz de Holmes, pero de tal forma que se convirtió en el perfecto transformista).

De esta forma, los agentes se hicieron su hueco en la revista "Pulgarcito" como una pareja de detectives, únicos hasta que, once años después, se publicara "El sulfato atómico". Aquello fue el cambio: pasaron a ser agentes secretos por cuenta ajena, de la T.I.A. (Técnicos Investigación Aeroterráquea), añadiendo a dos personajes al elenco: el superintendente Vicente (alias, "El súper") y el doctor/profesor Bacterio, quien resultó ser el culpable de la calvicie de Mortadelo. Como nota curiosa, hasta ese momento, era Mortadelo quien realizaba los inventos catastróficos, rol que heredaría el loco profesor.

Los cuatro compartieron páginas, de forma que los casos de la pareja empezaron a ser una parodia de las aventuras de espías, a lo made in Spain. Fue en 1978 con el álbum "Los gamberros" cuando apareció el único elemento femenino "fijo" de la serie: la señorita Ofelia (que no me había olvidado de ella, leches, es que fue la más tardía), completando el quinteto que todos conocemos, y conviviendo (más o menos) hasta las fechas actuales.

Pero toda historia tiene un lado tenebroso, que es el que vemos actualmente: si bien aún, en los álbumes que (meritoriamente) Ibañez sigue publicando más de cincuenta años después, no hay duda de que ahora el estilo es bastante distinto. No se puede culpar al autor de querer usar los temas de actualidad para meter a sus personajes: es una buena forma de atraer público, pero dedicar álbumes enteros al botellón ("La litrona... ¡vaya mona!") o a las bombillas de bajo consumo ("La bombilla... ¡chao, chiquilla!") me han dejado con un sabor de boca algo amargo.

Lo mismo ocurre cuando entramos en temas de política, como la polémica de la jubilación ("Jubilación... ¡a los noventa!"), a los chanchullos políticos ("Marrullería en la alcaldía"), la prohibición del tabaco ("Prohibido fumar") o la implantación del nuevo carné de conducir ("¡El carnet, al punto") son álbumes buenos dentro de su serie, pero que lejos quedan de aquellas aventuras "a lo épico", enfrentándose a villanos como "Chapeau el esmirriau", "El gang del chicharrón", los invasores extrarerrestes... Por eso me considero niño "tardío", hubiera disfrutado mucho en los 70 y 80 con las revistas de la época. Pero me queda poder leerlas ahora, que es lo bueno.

A día de hoy sigo disfrutando de los agentes. No he leído todas las aventuras (me faltan muchas de las contemporáneas, así como algunas de décadas previas) pero uno de mis objetivos es tener la colección completa. Hasta que se acabe.

Y tiene mérito la serie: sólo en aventuras largas, que ya suman 200 (201 con la que se publique en diciembre), a 44 páginas por álbum, son 8.800 páginas, a las que hay que sumar todas las que se publicaran antes de "El sulfato atómico". Un trabajo colosal, qué duda cabe.

No puedo olvidar las apariciones en televisión y cine de los agentes. Las he visto todas, y soy capaz de disfrutarlas (aún siendo consciente de los fallos que tienen). De niño tenía (y aún lo tengo) un VHS con tres cortos de los Estudios Vara, que adaptaban libremente historietas cortas de los años 60, con una calidad bastante aceptable (así como el primer largometraje de los agentes: El armario del tiempo). También he visto los episodios de la serie de BRB estrenada en los años 90. La calidad de dibujo fue bastante mala, y la adaptación de guión suprimió demasiados chistes, pero no dejaba de ser un producto infantil (aunque la misma productora realizó esas maravillas que fueron Willi Fog y D'Artacán) que se puede disfrutar tranquilamente.

La gran aventura de Mortadelo y Filemón llevaba a los personajes al mundo de carne y hueso, dejándome una de mis películas favoritas, si bien se alejaba ligeramente de los tebeos originales. Por el contrario, Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra se acercaba más a los originales (argumento: "El caso del bacalao") pero el resultado final, a nivel visual, no fue del todo acertado. De Mortadelo y Filemón contra Jimmy "el Cachondo" no puedo decir una palabra en contra. Quizá por fanboy, quizá por ser la mejor adaptación de las aventuras de los agentes.

Mortadelo y Filemón han sido compañeros de viaje durante muchos años, y allá donde vaya, todos sus álbumes viajarán conmigo, aunque me toque desembolsar un extra a los servicios de mudanza. Han sido una parte importante, hasta límites insospechados a priori. Pues... ¿quién me iba a decir que en un blog sobre Mortadelo terminaría conociendo a la chica perfecta?

(Algún lector recordará que en su momento yo también tuve un blog de temática de Mortadelo y Filemón. Se puede acceder desde aquí, pero por diversos motivos, llevo sin actualizarlo desde 2013. No descarto volver a ponerme algún día, pero por lo pronto queda descartado.)

Me miraron raro cuando dije que iría a ver 'Del revés'


Parece que uno no puede ir a ver una película "de niños" sin que le miren raro. Por suerte uno sabe ignorar de esas cosas, y ayer por la tarde me planté en el cine para ver Del revés (Insout Ide Inside Out). Pixar tiene un color especial... ♫

Vale, no. Pixar tiene un "algo" que hace llamativas sus películas. Esta es la 13ª película suya que veo (de las 15 que tienen, no es mal promedio) y no lo lamento en absoluto (menos aún cuando fui en día del espectador). Todo el mundo hablaba maravillas de la película. O al menos, bien. Había, una vez más, que comprobar si era cierto que eran buenas o no.

Y por esta vez al menos la gente no estaba equivocada. Es una película muy, muy adulta. Perfectamente disfrutable para gente que "no ve cosas de niños", y para los niños también. Literalmente, una película para toda la familia: padres, madres, hijos, tíos, primos, vecinos, el del butano... Una genialidad.

Para los que no la conocen, un breve resumen del argumento: la película nos habla de Riley, una niña, desde el momento en que nace hasta que llega a la edad de empezar a madurar. Para ver el proceso nos adentramos en su cabeza, donde podemos ver las emociones representadas por cinco personajes: Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco (o Desagrado, según traducción y/o preferencias), y la evolución de las mismas.

Sin entrar en terreno de los spoilers, creo que la película es la metáfora perfecta del funcionamiento de nuestro cerebro. Sin ser en absoluto "técnico", se llega a entender muy bien el funcionamiento de los recuerdos, de qué manera se guardan, el subconsciente... Un viaje a una cabeza representada en forma de un pequeño mundo regido por los personajes principales, y un buen puñado de "secundarios" (pues, aunque se van mostrando progresivamente, no dejan de ser realmente importantes para nuestras mentes).

Algo que, realmente, para los niños puede resultar entretenido, y para los adultos llamarles la atención de esa explicación tan simple (que es donde radica su genialidad). Es una película de doble lectura (o visionado) y suerte de los niños que ahora es "una peli de dibus" y cuando la vuelvan a ver, seguramente pensarán "ostias... así que esto es esto, y aquello es aquello". Me recuerda bastante al caso de la película de animación basada en "Rebelión en la granja".

Los personajes... qué decir, me han encantado. Todos. De hecho me he identificado con uno: Miedo. Cosas mías, pero ya he encontrado gente que afirma que es algo que me pega, así que no les voy a quitar la razón, jejeje.

Un buen guión, unos personajes que caen bien por su propio peso, una animación perfecta (elemental). Creo que no le puedo ver ningún punto flojo a la película. Quizá lo haya en la parte más técnica, sobre si la representación que se hace de la mente es buena (aunque por lo que tengo entendido, se han asesorado bien para hacer la película, de forma que no creo que tengamos ahí un error). Desde luego, una de las películas del año.

Y para cerrar la entrada, he aquí "mis cinco Felikis internos", durante la proyección de la película:


Un mes



¿Qué mejor forma hay de empezar un mes que cumplirlo contigo?

Después de tanto tiempo, por fin logramos estar juntos. Lo mejor que me ha podido pasar. El tiempo juntos, breve, pero intenso. Tenerte entre mis brazos. Fue una gran idea aprovechar ese fin de semana, que tanto me marcó. Estar a tu lado es una sensación que no puedo describir con palabras.

Siempre me había considerado un "Sheldon" de la vida pero tú has demostrado que eso no es cierto. Me importas, te quiero muchísimo, y te echo mortalmente de menos. Mi debilidad... mi cariño... mi amor. Creo que no existe vocabulario suficiente para expresar todo lo que representas para mi.

Te quiero. Y cuento con que muy pronto vamos a volver a vernos. Y repetir aquella maravilla de sensaciones al estar contigo. Por los meses que quedan por venir, y que estemos juntos en todos ellos.

Un beso con todo mi cariño ❤