Espía de Dios

La penúltima lectura que he hecho (entiéndase que lo leí en febrero, pero ¿me habéis visto activo por el blog? Yo tampoco me he visto. Pues eso) es Espía de Dios, del autor español Juan Gómez-Jurado. Normalmente no me dejo llevar por nada relacionado con temas religiosos... pero no puedo resistirme a la novela... no se si definirla como novela negra o policíaca, pero en ambos casos, me daba la impresión de que me iba a gustar.

Y no podía ser para menos. Basada en el año 2005 tras la muerte de Karol Wojtyła, en la ciudad del Vaticano se va a reunir el cónclave para elegir al nuevo Papa... hasta que dos de los favoritos son asesinados de forma bastante macabra.

De esta manera, conocemos a la ispettora Paola Dicanti, psiquiatra criminóloga, quien debe llevar la investigación del caso. Algo muy dificultoso para ella, pues debe enfrentarse a las leyes internas del Vaticano, un mundo aparte de lo que se encuentra habitualmente en su Roma natal.

Por supuesto, una novela de este tipo no se puede concebir (al menos desde la aparición en el mundo de Sherlock Holmes) por una sola detective. Paola cuenta en su equipo con Maurizio Pontiero, subinspector a sus órdenes, y Carlo Boi, su jefe, con quien tuvo una noche de locura y posterior arrepentimiento. Sin embargo, más relevante que ellos resulta ser el padre Anthony Fowler (quien por algún motivo me le imagino como John Noble), quien conoce al causante de los crímenes cometidos y se convierte rápidamente en la ayuda que Paola necesita para poder meterse en la mente del asesino, explicándoles las circunstancias en que le conoció y qué le hizo ser como es.

Y es que el criminal (cuyo nombre voy a revelar, pues al fin y al cabo aparece tan al principio de la novela que no puedo considerarlo spoiler) Viktor Karoski es la pieza central de toda la novela. Todos los datos de su obscena vida (escándalos tapados por la Iglesia con mejor o peor resultado) se van entremezclando con transcripciones de sesiones de regresión que se le hicieron veinte años antes.

De esta forma, tenemos la persecución de un asesino lo bastante inteligente para burlar la Vigilanza del Vaticano entremezclada con datos de su pasado, así como la vida de una inspectora muy humana (rompiendo un poco el estereotipo de que los detectives son ensayos de misántropo).

Es un poco gore. La forma de matar de Karoski queda vista muy pronto, y su método no deja precisamente indiferente, así como los datos de su pasado. No es una novela para cualquiera, pues hay ciertos temas que pueden herir la sensibilidad de alguno. Gómez-Jurado no se ha valido de eufemismos para la redacción, pero una vez leída la novela y en retrospectiva, hacerlo hubiera hecho disminuir la calidad del relato.

Muy pronto va a caer la próxima review de libros. Esta vez, va a ser un análisis doble. Voy con dos libros de Groucho Marx: su biografía "Groucho y yo", que ya he leído; y su pequeño relato de "Camas", que creo que en un sólo día me lo voy a leer.