Estoy harto de esta política digital donde han dejado de importar los hechos para que solo importen las palabras. Estoy harto de las palabras vacías. Harto de que la tos de cualquier lego en una materia tenga más valor que la opinión fundada y formada por los especialistas de un tema.
Estoy harto de un Gobierno que se pasa el día en redes haciendo promesas, como si viviéramos en una campaña electoral permanente, en lugar de hacer lo que prometieron cuando les votamos en las urnas. Estoy harto de sus intentos de hacerse pasar por progresistas cuando se pasan el día atendiendo a las indicaciones de los mercados.
Estoy harto de esta oposición infame, vacía de ideas y de proyectos, cuya única baza es hacer mucho ruido y que sus acólitos les aplaudan como borregos. Estoy harto de que los heredederos del fascismo utilicen tan alegremente la palabra "anticonstitucional" cuando los primeros que se la pasan por el forro de la huevada son ellos.
Estoy harto de que la máquina del fango mediático haya centrado toda la campaña de las elecciones europeas en la esposa del presidente, en lugar de las medidas que se proponen para mejoras (o empeorar) la vida de los ciudadanos. Estoy harto de la pasividad de sus consumidores de estos medios, harto de su falta de raciocinio, harto de su incapacidad de ver las incongruencias de su discurso caduco. Harto de que le compren a los grandes tenedores que el problema es la okupación cuando no tienen dinero para pagarse una vivienda. Harto de su apoyo papagayo a un culpable confeso mientras condenan a otras personas por acusaciones sin fundamento.
Estoy harto de toda la caterva no parlamentaria que sin presentarse a las elecciones pretenden y luchan porque sus voluntades primen por encima de la de los votantes. Harto de este sistema sucio, podrido hasta la base, diseñado para que todo siga igual que siempre.
Estoy harto de los discursos neoliberales, harto de toda esa gente que se ha vendido y que pretende que los demás nos vendamos, intentando que aceptemos que la mejor libertad es la esclavitud y la pérdida de derechos. Estoy harto de tanto librepensador que no es sino una fotocopia de otros tantos como él, que pretenden ir de libres con la bota del poder aplastándoles la cabeza.
Estoy harto de esa guerra cultural imaginaria que se han inventado cuatro mermaos para rascar clics en videos de YouTube mientras repiten como loros absurdeces sin sentido, recibiendo miles de visitas mientras el mundo se cae a pedazos por problemas reales.
Y hablando de guerra, estoy harto del doble rasero con las militares. Harto de que "los blancos" tengan derecho a defenderse mientras se aplaude el asesinato de civilez en Gaza. Harto de toda esa basura homófoba que enarbola contra Palestina los derechos de las personas LGTBI que ellos mismos desprecian en su propia tierra. Harto de esa panda de miserables que se posiciona a favor del invasor simplemente porque la izquierda está del lado del agredido.
Estoy harto de hayamos caído en las garras de las redes sociales, herramientas de comunicación tan útiles y potentes que deberían haber sido democratizadas y puestas a favor del interés público, y en su lugar se ha permitido que un acomplejado de derechas se la comprase cual juguete para intentar curar un ego que nada va a poder reparar.
Estoy harto de que los obreros hayan perdido su conciencia de clase, de ese síndrome de doña Florinda mientas los poderosos siempre han tenido claro su lado y sus intereses.
Estoy harto de que los políticos y los banqueros que arruinaron el país con la crisis sean libres mientras tenemos raperos encarcelados por narrar los delitos del emérito, o que se hayan visto exiliados. Harto de que tengamos periodistas secuestrados en el extranjero mientras se sigue permitiendo la publicidad institucional en panfletos de medio pelo a los intereses de los mercados.
Estoy harto de las duchas de cinco minutos mientras se riegan campos de golf y se llenan piscinas para los turistas. Estoy harto de tener restricciones de movilidad con mi coche en la misma ciudad que se va a celebrar la Formula 1. Harto de tener que separar residuos en cubitos mientras otros viajan en jets privados contaminando lo que yo no haré en 10 vidas. Harto de que me pretendan vender bricks de zumo con pajita de cartón que viene envuelta en puto plástico.
Estoy harto del timo de la meritocracia, de que gente que no ha dado palo al agua en su vida pretenda dar lecciones a los trabajadores. Harto de los encargadillos que se piensan que van a heredar las empresas si putean a los curritos.
Estoy harto.
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