- Pséudolo, de Plauto (191 a.c.). Algo antiguo, desde luego. Una comedia griega. Muy breve y ligera de leer, en la cual el criado de Calidoro, llamado Pséudolo, se las ingenia para que éste se reúna con su amada meretriz, a base de mentiras, engaños, etc.
- El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger (1951, previamente serializado entre 1945 y 1946). El protegonista, Holden Caulfield, se escapa del internado previamente a su expulsión y se dirige a Nueva York. Drogas, alcohol, prostitutas... el libro lo tiene todo para hacer el enganche.
- Rebeldes, de Susan E. Hinton (1967). El estilo parecido al anterior, aunque en este caso, tenemos un grupo entero de los barrios "marginados" de la ciudad (familias desestructuradas, problemas con la policía...), quienes tienen problemas con los de la zona "privilegiada" que se creen superiores. Una lucha de bandas muy buena.
- La vuelta al mundo en ochenta días, de Jules Verne (1872). Un clásico de la literatura. El viaje alrededor del mundo de Phileas Fogg que debe lograr concluir en 80 días, enfrentándose a los caprichos del clima, las averías, y un agente de policía convencido de que se trata de un asaltabancos.
- Soy leyenda, de Richard Matheson (1954). La novela original no tiene que ver con la película del 2007. Aquí la humanidad también se haya en pleno post-apocalipsis, tras la mutación de un virus. Sin embargo, hay dos clases de infectados: infectados (en vida) y vampiros (resucitados por la bacteria), situándose en bandos opuestos. Además, aquí la sociedad de infectados posee inteligencia, y saben dónde se sitúa Robert Neville...
- El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson (1886). ¿Quién no ha oído hablar de estos tipos? La dualidad entre el bien y el mal en un sólo ser, siendo ambos "puros" en su forma de ser. Altamente recomendable.
- Una vacante imprevista, de J. K. Rowling (2012). Lo reseñé en febrero, de forma que ya quedó expuesto por qué está recomendado leerse esta genialidad.
- Estudio en escarlata, de Arthur Conan Doyle (1887). Quizá la más reconocida de las aventuras de Sherlock Holmes sea El sabueso de los Baskerville, pero tiene el ligero inconveniente de la larga ausencia del detective, mientras en esta primera obra podemos admirar en todo momento las habilidades envidiables del detective de Baker Street, 221B.
- Saga Harry Potter, de J. K. Rowling (1997-2007). La brillante heptalogía que catapultó a Rowling a la fama no podía faltar en mi lista, y en la cumbre (por si no te has dado cuenta, la lista es en orden ascencente). Una historia brillante, unos personajes memorables y que han enganchado a mucha gente, no sin razón.
- Los renglones torcidos de Dios, de Luca de Tena (1979). Interesantísima novela en la que una detective privada decide ingresar por voluntad propia en un manicomio para atrapar a un asesino. Brillante, intrigante... No hay otra forma de describirlo.
- Contagio, de Robin Cook (1996). Para amantes de los misterios o la medicina, o únicamente para los que disfrutan de la lectura de un buen libro, Contagio es capaz de mantener atención en sus diversas tramas y personajes, unidos entre sí.
- No estamos locos, de El Gran Wyoming (2013). Para gente de izquierdas (a los de derechas les tiene que dar un infarto al leer lo que aquí se habla), si bien no es una novela no deja de ser un interesante (y puede que acertadísimo) punto de vista sobre nuestro país.
- Un mundo feliz, de Aldous Huxley (1932). Desolador futuro el que nos pintó con esta novela el seños Huxley. Lo más terrible es que nuestra realidad podría, lentamente, convertirse en la distopía presentada en este libro.
Nuevamente, Feliz Día del Libro ;)
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