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Raro sería que ahora mismo, nadie sepa quien es José Mota, irrelevante es que te guste o no para conocerle. Y es que el humorista manchego, normalmente, sólo despiertas pasiones y odios, raro ver el término medio.
Abandonó la televisión pública hace un año, y terminó fichando en Mediaset, estrenándose el pasado jueves y con muy buenos datos de audiencia.
Y personalmente me gusta su humor, y no defraudó. Mota continuó con su humor habitual, a base de scketches parodiando la realidad, la televisión, la música y el cine. Acompañado de sus personajes (aunque Blasa se echó de menos para el primer episodio, aunque aparecerá) tanto los clásicos como los más "jóvenes" aparecidos en su última etapa en La 1 y alguno nuevo que pudo verse, La noche de José Mota seguro que no defraudó a sus fans.
Y admito que es la única forma que muchos van a encontrar para seguir esta nueva tanda: que te guste su humor porque es lo de siempre. Una parodia de la realidad, en su línea habitual. Esto por supuesto no fallará con los fans de toda la vida, pero a quien no le gustara con anterioridad, raro sería que se acostumbrara a verlo ahora.
También hay que decir a su favor que se encuentra ahora más liberado (es impensable ahora mismo que en La 1 se pueda ver una imitación del ministro de economía haciendo evasivas en una rueda de prensa) y que pertenecer a la televisión privada no afecta a sus contenidos (como las parodias de Juego de tronos, Tu cara me suena, o El club de la comedia, que se ven -o emiten- en cadenas rivales).
Dicho lo cual, yo seguiré viendo la serie hasta que termine, y espero que la audiencia se mantenga.
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