"Es que por culpa de los smartphones la gente ya no habla en el transporte público, van embelesados y atontados mirando la pantallita y se pierde la comunicación y los comunistas nos roban a las mujeres..."
¡PAMPLINAS! He de decir que yo antes pensaba igual, pero si miramos el asunto en retrospectiva... No hay mucha diferencia entre aquel señor entrañable que se sentaba en un asiento libre y se ponía a ojear el periódico con el caballero que, yendo a la oficina, saca su tablet para mirar las últimas noticias publicadas en la web.
O entre aquella persona que iba con su walkman y la cinta de Los Pecos dando un concierto para
¿Y qué diferencia hay entre "ayer me paso esto, esto y aquello" y "mira, ayer hablando con este mira lo que me dijo y yo flipando..." (inserte aquí conversación de WhatsApp).
La tecnología se ha amoldado a nuestras vidas. Si bien es cierto que hay hábitos que se han cambiado (y que la idea del "doble check azul" ha sido algo nefasto en la comunicación) nos limitamos a hacer lo mismo que se ha hecho hasta ahora con la tecnología: aprovecharla.
Planeta Tierra, hace muchos años antes de Jotacé
-¿Te puedes creer, el de la cueva de al lado?
-¿Que le pasa?
-¡Que se ha montado un carro para llevar las cosas! ¡Con ruedas!
-Sí, lo sé... El otro día la de dos cuevas más allá, igual, usando el fuego para cocinar el mamut en lugar de hacerlo crudo.
-Si es que yo no se donde vamos a parar...
Si fuera por algunas personas, aún estaríamos usando un coche de caballos en lugar de automóviles. O contratando escribas en vez de tener imprentas. O usando energías no renovables en lugar de... oh, wait, mal ejemplo.
La evolución de la tecnología lleva acompañando al hombre desde el dominio del fuego y la invención de la rueda hasta hoy. "Ya, pero no es lo mismo, porque esas son cosas útiles...". Bueno, vale, pero... ¿qué hay de esos incendios (de dudoso origen) que queman hectáreas de bosque y monte al año? ¿O de los atropellos? Eso es también un uso irresponsable de la tecnología, y no por eso vamos a ser tan radicales de prohibirlo, ¿verdad? Pues con las tecnologías que tenemos ahora también.
No hay que prohibir. Hay que educar. Enseñar que no se puede depender absolutamente para todo del móvil. Pero hoygan... Que la localización puede salvar vidas. Que la videollamada ayuda a gente con problemas de habla y/u oído a hablar con sus seres queridos a la distancia. No se, pero algo que hace cosas buenas, no puede ser tan malo.
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