¿En qué momento aceptamos la falta de educación como norma?

Sírvase el título del post como una pregunta al aire de las muchas que voy a hacer. No pretendo en ningún momento explicar (o pretender explicar) la causa. Simplemente son cosas que me barrunto porque cada día se me hace más complicada de aguantar la falta de educación humana.

Creo que quien más a quien menos se nos habrá inculcado unas pautas sociales. Del rollo "Se bueno, ayuda a los demás...", yo que sé, ese tipo de pautas simples para una convivencia normal. Por supuesto que habrá excepciones (como por ejemplo, el no tolerar los discursos de odio) pero no me apetece ir tan allá hoy. No es el punto de todo esto.

Léase por ejemplo un peatón cualquiera como pueda ser yo, o tú que me estás leyendo por alguna razón que no comprendo. Hay buenas series en Netflix, de verdad. Volvamos como digo a ese peatón que planea cruzar la calle. A pie, por un paso de peatones. Es la norma. Mira para cruzar. Es la norma. Y a una distancia como de diez metros, ve un coche que no frena. Mantiene la velocidad. ¿Acaso está acelerando? Pues a una velocidad constante ya te levanta la mano. Esa mano significa: "Disculpa, mi polla es más grande que la tuya y voy a pasar yo  primero, no te metas porque ya ves que voy a ir más rápido", y pasa ignorando la norma general de preferencia en pasos de peatón.

Veamos ahora el caso de un oficinista que está en el departamento tecleando y trabajando como un loco. Porque hay cosas que hacer y, aunque estaría mejor en su casa jugando a la consola, necesita vender su trabajo a cambio de un salario. Y al lado, otra persona en una situación más o menos parecida (ya sabemos que no existen dos casos iguales). Pero de pronto, esta segunda persona tiene una revelación, un cambio de rumbo, y le da por sacar el vaper y darse unas caladas. Haciendo un ruido que parece que está sorbiendo sopa. Con total tranquilidad por la ausencia de un jefe o responsable.

Pongamos que el peatón que ha llegado a la oficina y tras escuchar a ese vapeador sorbe-sopas tiene que volver a su casa en transporte público en una hora más o menos de conglomeración de gente. Está para eso, quien quiera ir amplio, que se compre un coche. El caso es que uno, en su intento por no convertir ese espacio cerrado en una lata de sardinas, se echa la mochila al suelo e intenta hacerse a un ladito. Fútil. Durante el trayecto se come tres mochilas ajenas y cuando llega su hora de bajar del vagón la persona que en suerte le ha tocado delante parece que se quiere quedar ahí a vivir y no se mueve. Y así otras tres personas.

Estos tres tipos de situaciones me las tengo que comer a diario. Y sin una salsa que hagan que pase mejor. Y no puedo dejar de preguntarme... si yo voy por la vida, intentando no estorbar a los demás, ¿por qué cojones me tengo que tragar todas las faltas de los demás? Y lo que es peor, ¿por qué lo aceptamos como algo válido y normal?

¿Por qué tengo que aceptar que ese conductor sea un puto peligro que se puede llevar a cualquiera por delante? ¿Por qué tengo que aceptarle los humos al gilipollas del compañero? ¿Por qué la gente no puede utilizar el transporte público como personas y no como ganado? ¿Por qué tengo que aceptar sin más que "la gente es así"? No es algo que me resulte fácil de aceptar porque se escapa a mi sentido de lo que es y lo que no es justo?

Yo puedo aceptar que a la gente le guste salir de fiesta mientras que yo prefiero café y paseo. Y no pasa nada.

Y que la gente quiera escuchar regguetón mientras yo prefiero deleitarme con unos buenos temas de metal (PD: los auriculares se inventaron por una razón: úsalos en espacios públicos).

La sociedad tiene unas preferencias que se alejan de las mías y me parece bien, que no hay problema con eso, que lo acepto y ya está, no tengo problema en ser "el que desentona". Si le traigo al mundo sin cuidado, y se vive así muy bien.

Pero no es lo mismo aceptar unas diferencias en cuestión de gustos que en cuestión de tener educación. Cada día me topo con más gente maleducada, y se me hace muy cuesta arriba tolerarlo. Se escapa por completo a mis esquemas, no lo entiendo. Y en este caso, no entenderlo, no me permite aceptarlo. Simplemente, es superior a mis fuerzas. La paciencia es una virtud, de la cual yo ando justita. Los tres ejemplos que he citado arriba son solo algunas de las situaciones que me toca aguantar varias veces por semana.

Y, si me rebelo ante eso que no me parece correcto, automáticamente el malo de la película seré yo. Y, socialmente, está aceptado que "llegará el día que me partan la cara" por ello. Y sé que puede ser así. Pero no me da miedo el hecho de que pueda ocurrir. Me aterra el hecho de que la respuesta sea: "Se veía venir". Porque supondrá la confirmación de mi teoría: el mundo es maleducado, y hay que tolerar esa falta de educación.

Pa' llorar.

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