La denigración de la libertad

Libertad. Hermosa palabra, aunque sería muy difícil darle una definición. O una en concreta, ya que pueden darse diferentes interpretaciones. En este caso, me voy a basar en la primera definición que hace la RAE. No porque tenga esa institución en una consideración muy alta, pero en este caso ilustra lo que quiero contar.

  1. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.

Esta definición me gusta sobre todo por la última frase. «Por lo que es responsable de sus actos». Es decir, una persona libre a su vez tiene que ser una persona responsable. ¿Por qué es importante esto? Porque de un tiempo a esta parte esa responsabilidad como que se olvida. Como que de pronto no la consideramos. «Quiero hacer lo que me de la gans sin que nadie me tosa» sería para algunos una definición más exacta que lo recoge la RAE. Tampoco se pondrían colorados por reconocerlo. Pero es una línea peligrosa, ¿no? Es decir, existe una serie de derechos fundamentales. Por tanto, el primer límite tiene que ser ese derecho fundamental. La distopía de The Purge sería un buen ejemplo. La vida es un derecho fundamental, pero ahí tenemos un lapso de doce horas donde ese derecho queda por debajo de una libertad plena sin consecuencias por esos actos. Terrorífico de imaginar. Así que creo entonces que nadie debería dudar que la libertad debe tener límites. Pero como siempre, habrá quien quiera poner el límite justito. Justo donde empieza su conveniencia.

O ni siquiera la suya.

¿Qué entendemos por libertad? Por lo que veo, el derecho a bajarte al bar a tomarte una caña. ¿Que hay una pandemia y te puedes jugar la salud? No importa. Eres libre y te tomas esa caña. ¿Que hay una pandemia y puedes jugar con la salud de otras personas que no son tu! Er... ¡Eres libre y te tomas esa caña! ¿Que tienes un coche y quieres dar un paseo con él por la ciudad? ¡Eres libre de hacerlo! ¿Que tienes un coche antiguo cuyas emisiones no están reguladas y perturba el aire que respira la gente? Tú eres libre de hacer tu paseo. No se. Que los demás dejen de respirar un rato, yo quiero ir con mi coche que traga diez litros en cinco metros.

Esto es hablando de las libertades individuales. Otra de estas libertades sería la libertad de expresión, que esto también se enarbola mucho... En causas que no lo merecen. El famoso argumento de "Es que ya no puedo contar chistes de maricones sin que me miren mal". Sin que me miren mal. Ese es el matiz que les molesta. Porque si aceptamos la libertad de expresión, solo ampara que tú puedas decir lo que te apetezca. En serio. Cualquier cosa que se te ocurra. Lo que no ampara es que seas inmune a la réplica. Lo que no ampara es que la gente se tenga que reír de tus "chistes de maricones". Lo que no ampara es que otras personas se tengan que poner a contar "chistes de maricones" porque tú te sientes aislado en tu humor rancio ochentero arevalista. No es un paraguas en el que refugiarse de las críticas. La libertad de expresión es, en todo caso, bidireccional, y si tú quieres decir lo que te de la gana, también te toca escuchar lo que otros te quieran responder al respecto. Porque quienes más sufren además esa bidireccionalidad son los oprimidos contra los que quieres dedicar tus chistes. Que cuando reivindican el "Love is love" les replican con que "lo vuestro no es amor, es vicio".
"La censura de la dictadura progresista", otro argumento manido. "Es que por decir que aquí todos no caben ya no quieren publicar mi libro". Dejando al lado de que hable de censura una persona que tiene un altavoz en todos los medios de comunicación para protestar resulta irónico, esta gente tampoco entiende que a efectos prácticos solo un gobierno puede establecer realmente una censura. Una editorial tiene todo el derecho a no querer relacionarse con un autor cuyas opiniones resultan dañinas. Y eso no es censura. Es conveniencia de la editorial (no vayamos a pensar que una empresa privada piensa en el bienestar de la gente), simple y llanamente.

Pero ¿qué pasa si intentamos hablar de libertad y de economía? Pues que probablemente esa gente que enarbola la bandera amarilla, negra y con la serpiente se me eche al cuello.

Impuestos. «¡Buuuuuu, fuera!». Un argumento de partidos de derecha, que una vez han tomado el poder, los han subido excusándose en que las cosas estaban muy malitas. Así que al margen del engaño que supone, hay una diferencia entre que no te guste pagar impuestos y no entender para qué sirven los impuestos. «Es que nos roban el dinero de los impuestos». Pues no votes al que roba ese dinero. Vota al que lo quiere invertir. En darte educación. En darte sanidad. En darte infraestructuras. En darte una calidad de vida, vamos, que es para lo que están esos impuestos. Eso es algo que no se consigue votando a quien lleva treinta años sisando de lo público. Pero bueno, tampoco quiero hacer campaña electoral a favor o en contra de nadie. Total, «no me gusta pagar impuestos». ¿Qué han hecho estas personas? Han mudado su residencia. A Andorra, a Miami, a Suiza. Y su mayor mérito no es irse a Andorra, a Miami, a Suiza. Ni siquiera que las causas contra ellos nunca les condene (cuando se abre la causa). Su mayor mérito, y me remito a una frase que dije hace unos párrafos, es que gente que se ve perjudicada porque esos evasores no tributen en su propio país aplauden y apoyan la decisión que han tomado. No defienden su libertad propia. Defienden una "libertad" de otras personas que encima daña sus propios intereses. Increíble.

Que nadie piense que me voy por las ramas. Porque al igual que hay gente que, por alguna razón, defiende antes esa "libertad" ajena antes que la propia... También defienden primero la libertad de algo no humano (las empresas) antes que la de los humanos.

Libre mercado. Pongamos que tenemos un país en el cual existen cinco bancos. El Banco Estatal, que de momento lo dejo al margen. El Banco A te ofrece préstamos al 3%. El Banco B te los ofrece al 5% pero con más flexibilidad en el pago. El Banco C dice que al 4% de interés, y una cuenta de ahorro que te da el 0,002% de beneficios. Y el Banco D prefiere prestar al 2%, no sabemos por qué. En la teoría, que nos la pintan muy bonita del libre mercado, la persona también es libre. Se quiere comprar una nevera y tiene 4 bancos para elegir quién le hace el préstamo. Es más, aparece de pronto un Banco E que puede hacer préstamos al 1% aunque no tenga mas incentivos. Qué libre soy. Tengo una amplia oferta de bancos para elegir quién me presta. La realidad, en cambio, ha supuesto que los bancos se coman unos a otros. Banco A se come al E. Y se fusiona con el C. Ahora existe un Banco F. Y como son así de chulos, el Banco B y el Banco D aúnan fuerzas. Y crean el Banco G. De pronto soy menos libre. He perdido capacidad de elección. Y no solo eso. Banco F y Banco G hacen un pacto. Y establecen préstamos al 10%. Los dos. Aiba. ¿Dónde está mi elección? Esto no es un mercado libre. Es una ratonera. Tampoco hace falta realmente que los bancos se fusionen. Perfectamente pueden llegar mañana y ponerse todos de acuerdo. Préstamos al 20%. Ya está la trampa tendida. Porque tú necesitas tu préstamo porque se te ha roto la nevera. Pero no puedes elegir realmente algo que te convenga más o menos. Tienes un camino lleno de cristales y otro de carbones encendidos. Camina. Eso te lo venden como libertad. Y eso es lo que los de la serpiente llaman libertad.
He mencionado el Banco Estatal. El Banco Estatal que debe intervenir cuando la gente no puede pagar la deuda a Banco A, B, C y D, y estos bancos están perdiendo dinerito. ¿Se podría abonar las deudas de la gente con el dinero del Banco Estatal? Al fin y al cabo, ese dinero ha salido de los impuestos del esas personas. Pero no. Por alguna razón, la ley del libre mercado decide que se debe entregar el dinero a los bancos, pero las personas mantienen la deuda y tienen que pagarla. Qué libres somos en la economía de mercado.

Otro bien de mercado. La educación. Este libre mercado quiere que exista una educación privada. Que si alguien se quiere montar una escuela privada, ¿por qué no puede? Es libre. Claro. Necesita una ayudita. Sacamos el dinero una vez más del Banco Estatal, para que este señor monte esa escuela privada. Y no solo eso. Cedemos parte de los impuestos que pagan todos para mantenerla.
«Hemos montado una escuela privada. Así la gente es libre de elegir. Quien quiera, lleva a su hijo a la escuela privada, y quien quiera lo lleva a la pública». Qué bonito es el marketing. Qué bien te vende las cosas. Pero como los productos de la teletienda... Es mentira. Pongamos el hijo de un albañil y una señora de la limpieza. ¿Esa familia se puede permitir pagar el precio de la escuela privada? No. Entonces ni siquiera son libres. Porque no tienen la capacidad de decisión. Libertad es que yo vaya al concesionario, vea el mismo modelo de coche en blanco y en negro, y decida llevármelo en negro. Puedo elegir. Pero en el que una de las opciones no es alcanzable para la persona... Eso no es libertad, cariño. Es una condena. Una condena sazonada con que tu escuela privada se mantiene con fondos públicos que salen de mi bolsillo cuando yo no puedo pagar estudiar en ella. Y que para darte fondos a ti, a mi me aplican recortes. Y no tendré profesores. O no tendré plaza siquiera. ?¿Qué libertad es esta?

El mayor mérito de este sistema es que han conseguido, ya no solo tener a gobiernos que aceptan sus designios (con la educación, con la sanidad, con la luz...), sino a la gente. A la gente de a pie que se cree las maravillas de esa libertad. Ya sea la de tomarte una caña o la de la sanidad privada. O, por qué no, de indignarse por recomendar comprar en comercio local en navidades. No me va a decir usted donde debo comprar. Y ni siquiera gente de alta alcurnia. Otros pobres, sí, voy a decir esa palabra tabú. Pobres. La clase media es la que gana a partir de aproximadamente 30.000€. Pobres defendiendo esa libertad que tienen las empresas de pisotearlos, mirándolo maravillados, defendiendo a capa y espada a personajes como Elon Musk o Amancio Ortega, para quienes esa gente no son más que pañuelos de usar y tirar.

Hay que tener cuidado. Sobre todo con estos "abanderados" de la libertad que te meten cualquier cosa bajo el mismo paraguas. Y sí. Que los homosexuales se puedan casar es un derecho innegable. Pero no me compares, ya no la libertad, sino el derecho de ser quién eres con que te vayas a tomar una caña al bar.

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