Una de las cosas que más me gustan es escribir. No quiero ir de guay ahora, pero imaginación para la ficción siempre he tenido De sobra. En otras palabras, que si desde pequeño me hubiera puesto a escribir en plan serio ahora mismo podría tener fácilmente entre diez y quince libros publicados. ¿Exagero? Es posible, pero es para que se entienda. Una figura literaria llamada hipérbole.
(Entre nosotros, estuve tentado de escribir esa frase a la inversa: "¿Hiperbolo? [...] Una figura literaria llamada exageración." Pero es de esas chorradas que se me ocurren y sólo me hacen gracia a mi. Es una maldición que me persigue).
Y es obvio que me gusta escribir. Aparte de un blog tengo una cuenta en FanFiction.net donde también publico (y os aconsejo que le echéis un vistazo... si os apetece un poco de "literatura dos rombos").
De forma que yo me pregunto a mi mismo (porque la etiqueta de la entrada es "Acerca del autor" y me apetece recrearme un poquito en la egolatría): si tanto me gusta escribir, ¿por qué me cuesta tanto ponerme a ello?
Es
Esa autoexigencia se junta con que me distraigo con los destellos de un banner (ya que he estudiado informática, vamos a usar símiles relacionados con el oficio, cohone). Y es casi literal. Tengo la barra de marcadores del navegador tan llena que los favicons van más apretados que el Metro en hora
De hecho, actualmente cuando me pongo a escribir he optado por cerrar el explorador y tener sólo dos ventanas abiertas, y de la mitad de la pantalla hacia arriba (porque en mi sistema operativo al menos puedo poner las ventanas a media o a cuarta pantalla). A un lado, el procesador de textos. Y al otro... el reproductor de vídeo con alguna película, serie o monólogo. No puedo con el silencio, me agobia. Y el ruido que hace mi ordenador no me basta. Eso sí, con alguno que ya me halla visto. Para ver uno que no había visto antes, cierro lo demás y le presto el 100% de mi atención. Bueno, más quisiera yo. El 50%.
Pero esto es aplicable a todo. A escribir y a las series, por lo menos, les dedico algo de tiempo. Pero al cine, la música, y la lectura...
Tema cine. Tengo actualmente 54 películas pendientes (sin contar las de Cineforum -que cuando lo retomemos en plan bien, volveré a ponerlo-) desde ni me acuerdo ya. Es una acumulación importante, y pese a que hay más días que longanizas, me temo que no me las veré antes de que acabe el año. Ya me sorprendí a mi mismo la semana pasada (¿o quizá la anterior?) en la que me vi tres películas que tenía pendientes hacía tiempo. Pero hemos vuelto al "mejor hago otra cosa". Lo irónico es que pienso en "hacer otra cosa" queriendo que sea algo productivo, pero al final, no lo es.
La música, otro tanto de lo mismo. Básicamente porque escucho lo que me apetece. Y siempre me apetece lo que ya he escuchado y me gusta. Y en su gran mayoría, tengo Ska-P, que es el único grupo del cual me he oído casi toda la discografía. Y si digo "casi", ¿cómo están los demás? Pues eso, en lista de espera. Me apetecía escuchar todos los discos de Extremoduro, por ejemplo. Y me seguirá apeteciendo, porque no me pongo. Asimismo tengo un montón de canciones de artistas "sueltos" por mi teléfono, y querría ponerme al día escuchando más de ellos. Pero no lo hago. Aquí es básicamente porque me da una pereza terrible ponerme en "modo búsqueda" saltando de la Wikipedia a YouTube. Para mi es más cómodo oir alguna canción "molongui" en algo que den por la tele y buscarla expresamente (para eso están las aplicaciones como Shazam) que ir artista por artista.
Y la lectura, ya he hablado en alguna ocasión de ello. Primero, porque un escritor tiene que leer, aunque sea amateur. Y he leído a Rowling en sus buenos (Harry Potter, The Casual Vacancy) y malos (El canto del cuco) momentos, he leído a Dan Brown (La fortaleza digital), a Conan Doyle (Sherlock Holmes), Robin Cook (Jack Stapleton) y ahora mismo estoy enfrascado con Stephen King (La cúpula, que por cierto, la serie de televisión es una línea alternativa a los sucesos de la novela). Pero hay más de esos autores. Y aparte, hay más autores. Y me encantaría conocer sus obras y sabermelas al dedillo, pero está dificil. Si el día tiene 24 horas, deberían haber puesto algunas más adicionales para la lectura y dedicarle el tiempo que se merece. Ya que hay días que voy rapidito y otros que apenas logro avanzar. Son rachas.
Creo que ya me he regañado bastante, ¿no? Pues ale, hasta la semana próxima.
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