Apocalipsis Z - La ira de los Justos

Dicen que todo lo bueno tiene un final. Estoy de acuerdo. También dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y terceras menos. No estoy de acuerdo. Apocalipsis Z se convierte en una de esas raras excepciones que no se va degradando con cada parte, como al igual que Toy Story. La tercera y última parte de la saga de zombis hace una novela que engancha tanto como las anteriores y al mismo tiempo, deja un buen broche de oro.

Apocalipsis Z: La ira de los Justos se narra en una tónica diferente a la de sus compañeros. Podemos leer más pasajes que no se centran en la figura del abogado (de quien, al final, podemos conocer su nombre... y se hace bastante evidente por el nombre de su esposa), sino en los otros "frentes" del libro.

Al final de la segunda novela, descubríamos con horror que el barco en que el cuarteto protagonista (el abogado, Lucía, Pritchenko y Lúculo -el gato-) estaba vacío al llegar a las costas africanas. En este podemos ver al principio que lograron sobrevivir a una horrible tormenta gracias a la gente del Ithaca, que en seguida les recibe con los brazos abiertos, y prometen llevarles a Gulfport en cuanto consigan suficiente gasolina. Pero ya a bordo del barco algo no va del todo bien: la gente de piel blanca ocupa una parte del barco, y separados por una verja con alambre de espino, los ilotas, un grupo que abarca cualquier otra "raza", y son enviados para enfrentarse contra las hordas de No Muertos.

Al mismo tiempo, conocemos a los dos antagonistas del libro. El reverendo Greenes, un machista fanático religioso convencido de que Dios le ha elegido a él como su Profeta en la Tierra, y en su delirio terminó aliándose con los Nación Aria para que fueran su policía personal, ya que tanto él como esos hombres consideran escoria a los que no son "blancos". Por el otro lado tenemos al coronel Hong, enviado por la nación norcoreana para conquistar Gulfport (sí, Corea del Norte parece ser el único estado superviviente. Ventajas del cierre hermético de fronteras, supongo).

De esta forma, esta última novela está tintada con una feroz crítica al racismo (quién sabe si también a la iglesia), una sátira del nazismo, y un reflejo de lo corrupto del ser humano que siempre ansía el poder. Pero no dejamos de lado a los No Muertos, pues se descubre también que no todo está perdido en la lucha contra los cadáveres vivientes. Tanto la naturaleza como la ciencia han hecho ciertos progresos con el virus TSJ.

Es una lectura quizá algo más dura que la anterior. Normalmente, los protagonistas han tenido el camino menos rugoso en ocasiones anteriores, y a lo que se enfrentan ahora es muy grande para ellos. El reverendo, las consecuencias de la discriminación, y la crisis de la relación que se va cociendo entre Lucía y "su chico" llenan las páginas del libro. Asímismo, la guerra que se desata es como todas las guerras: se cobra víctimas. Y me es difícil perdonar a los autores que matan a sus personajes (J. K. Rowling...).

Una novela dura, un final digno, y la demostración de la excepción. Los estadounidenses serán expertos en género zombi... Pero aquí la gente no se queda atrás. Una serie de libros que se ha convertido en best-seller por derecho propio.

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